lunes, 27 de diciembre de 2010

Carta a los Reyes

Queridos Reyes Magos
Este año seré práctica, quiero una escoba-aspiradora, un par de libros de los que enganchan, quiero buena música, quiero tenerlos cerca (a todos), quiero ser útil (como antes), quiero volver a escribir, quiero volver a regalar cuentos, quiero un bolso bonito, con unos pendientes bonitos y unos bonitos zapatos. Quiero volver a estremecerme.
No quiero sentirme sola ninguna noche de 2011. No quiero sentir este peso en el pecho. No quiero sentir que he aprendido a querer lo que ya he pérdido. Quiero volver a enamorarme y que alguien se enamore de mí. Quiero querer. Y quiero no temer. Quiero saber decir te quiero.
Y cómo la gran parte de todo esto sólo lo puedo hacer yo, vosotros dedicaros a la paz mundial y traerme una escoba-aspiradora y un libro.
Gracias mil.
X.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Amarga... desea

Ésta canción, es como una carta a los Reyes Magos, pero leyendo entre líneas...


Acaba de una vez
de un solo golpe
Por qué quieres
matame poco a poco,

Si va a llegar el día
en que me abandones
Prefiero corazón
que sea esta noche


Diciembre me gusto
pa´ que te vayas
Que sea tu cruel adiós
mi navidad
No quiero comenzar el año nuevo
Con este mismo amor,
que me hace tanto mal.


Y ya después
que pasen muchas cosas.
que estés arrepentida,
que tengas mucho miedo
vas a saber
que aquello que dejaste
fue lo que más quisiste
pero ya no hay remedio.


Diciembre me gustó
pa´ que te vayas
Que sea tu cruel adiós
mi navidad
No quiero comenzar el año nuevo
Con este mismo amor,
que me hace tanto mal.

martes, 21 de diciembre de 2010

Hay dos tipos de personas: las que consiguen lo que quieren y las que no se atreven a conseguir lo que quieren.
[Ciudadano Kane)]

domingo, 19 de diciembre de 2010

Qué hay de cena?
Yogurt caducado o chupachups de cocacola

Propongo


Propongo que subamos al coche.
Y que avancemos sin parar.
Escuchando todas esas canciones que emocionan, que hacen templar, que te hacen cantar a voz en grito, que te alegran, que te arrancan una lágrima o que ponen los pelos de gallina.
Sin parar. Hacia adelante.
Por la ventan paisajes variados.
Nieve. Luz. Nubes. Lluvia.
Y cuando llegamos al destino que decidamos una manta.
E historias.
Pongámonos a hablar de los libros que te gustan.
De mis frases preferidas.
De los parráfos que te hacen soñar.
Y de un mundo de letras que nos ayude a construir nuestro futuro.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Anatomía de Grey

La vida está llena de dilemas, si o no, dentro o fuera, arriba o abajo, y luego los que de verdad importan amar u odiar, ser un héroe o un cobarde, luchar o rendirse, vivir...o morir. Vivir o morir, es la elección que importa y no siempre está en nuestras manos.

Si o no, dentro o fuera, arriba o abajo, vivir o morir, ser un héroe o un cobarde, luchar o rendirse. Lo repetiré para asegurarme de que me habéis oído, la vida está llena de dilemas, vivir o morir, eso es lo que importa... y no siempre está en nuestras manos.

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Se suele creer que el pensamiento positivo ayuda a llevar una vida más feliz. De pequeños nos decían que sonriéramos y que pusiéramos cara de estar contentos, de mayores nos dicen que miremos el lado positivo, que no hay mal que por bien no venga y que el vaso está medio lleno. A veces la realidad se impone y te impide comportarte como si fueras feliz. La salud te puede fallar, tu pareja te puede engañar, tus amigos puedes defraudarte, en esos momentos solo quieres aceptar la realidad, olvidar las apariencias y ser tu mismo, asustado e infeliz.

Si le preguntas a la gente qué quiere en la vida, la respuesta es sencilla: ser felices. Pero quizá sea esa expectativa, querer ser felices, lo que nos impide llegar a serlo. Quizá cuanto más intentemos obligarnos a ser felices, más confundidos estemos, hasta que ni nos reconocemos. En vez de eso seguimos sonriendo, e intentamos ser esas personas felices que quisiéramos ser, hasta que nos damos cuenta que lo hemos tenido delante. Ni en nuestros sueños, ni en nuestras esperanzas, sino en lo que nos hace sentir cómodos, en lo que conocemos.

martes, 14 de diciembre de 2010

De esas veces en que no entiendes nada.
En que sientes que pasas por un momento chungo.
Mentalmente hablando.
Pero chungo que te cagas.
Que no entiendes nada de lo que te rodea.
Ni lo que sientes.
Ni lo que no sientes.
Que te sientes así, como un poco vacía.
Que incluso a ratos te duele el corazón.
Y llegas al curro...
y entonces todo el mundo te dice que cara de descansada
que buena pinta
y cuando te vas alguien te dice,
oye, mañana me cuentas todo lo que has hecho estos días...
porque esa cara de felicidad con la que has entrado...
Y tú piensas... jodo petaca!

lunes, 13 de diciembre de 2010

Ella se asoma a la ventana, y con el corazón encogido le dice:
- Si me acostumbro a que toques a mi puerta cada vez que te sientas solo, lo pasaré mal.
Prefiero seguir enamorada de ti, a mi manera.
Él agacha la cabeza y se marcha.

Debía...

La Rebe in the city tenía la cabeza echa un lío.
Según un gurú de la felicidad, si quería ser realmente feliz debía empezar a serlo.
Debía dar saltos, cantar, y bailar.
Debía tener hijos antes de los 40, porque las mujeres que no lo hacían vivía menos años y menos felices.
Debía hacer algo de deporte.
Debía salir, y diversificar, y asumir la realidad.
Debía dejar de ir corriendo a todos los sitios como si alguien te persiguiera.
Debía reír todavía más de lo que reía.
Debía comer sano.
Y debía hacer tantos debía que ni se acordaba.
Ella, que sólo quería saltar sobre los charcos, trepar por la niebla y abrazar el sol...
Debía haber tomado apuntes.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cuando salió por la puerta comprendió todo lo equivocada que había estado. El paraíso no acababa en su sonrisa ni el amor anidaba en su cuerpo. Quiso echar a correr por la acera pero siguió hacia adelante, todo lo erguida que pudo. En su interior se había roto el mundo. Añicos. Como aquella bola de nieve que siendo pequeña estrelló contra el suelo. Quiso gritar pero las palabras se enredaron en su garganta. Y quiso llorar. No pudo.

lunes, 6 de diciembre de 2010

- ¿Qué te pasa?
- Que me ahogaba.
- ¿Por qué?
- No lo sé.
- Sí lo sabes.
- No recordaba que fecha era. Y tu recuerdo se volvió a clavar en mí.
- No te tiene que doler tanto. Deberías dejar que lamieran tus heridas.
- Sabes que no puedo.
- No es que no puedas, es que no quieres.
- Parecería que soy débil, y no lo soy. O si lo soy, no quiero que nadie lo sepa.
- No es que seas débil, eres fuerte. Pero se te olvida, y te atrincheras en una frontera que no te sirve de nada. Deberías saltar, gritar, correr, e ir a buscarle.
- ¿A quién?
- A quien tu ya sabes.
- No puede ser. Él ya se ha ido también.
- No. Sigue estando ahí. Pero tú te has encargado de ir echándole poco a poco.
- No quería que me hiciera daño.
- Y aún así estás sufriendo. Tu táctica no ha funcionado.
- Lo sé. Pero también sé, que volverá.
.....

domingo, 5 de diciembre de 2010

Y me siento a mirarte
Salto por las cornisas
Me da igual caerme
Y quiero que el látigo de tu carne se clave en mí
Como unas incisivas estrellas cayendo del universo
Te miro
Tiemblo
Sonrío
Sueño que te beso, que de soslayo mis labios retan al frío,
y que mi lengua se derrite en tí.
Siento que me alejo. Y me pierdo
Y doy vueltas y más vueltas echándote de menos
No entiendo nada, y desconozco en que momento te fuiste
Pero lo sabía.
Sabía que pasaría
Y durante meses luché contra ello.
Ahora ya no estás aquí
O estás sin estar
Y yo, me fundo en el hielo
Mi alma se cae por las escaleras golpeándose en cada silencio
Te regalo todo
Te regalo los nervios, los abrazos, los besos que no te dí, el frío, los nervios, las mejillas coloradas, te regalo mis risas, los miedos, todo lo que no te dije, y en un paquete, envasado al vacío, te regalo este silencio, que me ahoga.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Lo peor es, a veces, saber que aunque quieras no podrás llorar.
Una vez exisitió una Princesa que no era como las demás.
Le gustaban los caramelos de limón ácido. Corría con sus zapatos de charol tras las gallinas. Se bañaba con su mejor vestido en el río. Sentía frío cuando hacía calor, y se achicharraba en invierno. Veía en la oscuridad, y se sentía a oscuras durante el día. Relataba los mejores sonetos de amor del reino con apenas cinco años. Y pintaba espadas y lunas rotas en las servilletas de palacio.
Conforme pasaban los años, olvidó incluso su propio nombre, y poco a poco, se iba apagando. Su última risa se escapó una tarde junto al río, y sus lágrimas quedaron colgadas de un hilo de su almohada.
Sus padres no sabían que hacer con ella.
Pero cuentan, que en otro reino cercano, vivía un principito triste.
Contemplaba embelesado las puestas de sol. Los días de lluvia se vestía el bañador y salía a la plaza del castillo. Perseguía estrellas con cazamariposas. Le encantaban los helados de fresa y pistacho. Preparaba los mejores sanwiches de nocilla y hierba para las ovejas del reino, que crecían frescas, lozanas y felices. No le importaban los ejércitos, y sólo preguntaba a sus compañeros de clase sobre el sabor de las nubes, sus colores preferidos, o cuál era la utilidad de un corazón roto.
El principito dejó de jugar, de correr, de bailar, de canter, y se volvió poco a poco, casi casi invisible.
Los médicos los visitaban en cada uno de sus reinos. Y nadie sabía muy bien lo que les pasaba. Su salud era fuerte. Pero ellos, parecían cada vez ser más débiles.
Cuando la Princesa cumplió los trece años paseaba por el bosque, y se encontró con una mujer. Era de la Hermandad de las Madalenas. La sabia se acercó a la famosa princesa sin risa y le susurró unas palabras...
La chica salió corriendo hasta palacio. Cogió una maleta que tenía guardada bajo la cama y se personó ante su padre.
- Debo marcharme.
La Reina discutió con ella, era demasiado joven para viajar, pero el Rey, la contempló durante unos minutos. Y ordenó a cuatro de sus hombres que viajarán con la princesa. Eran el cocinero, el cronista oficial del reino, el soldado más valiente de palacio y la joven que ordeñaba las vacas. Emprendieron viaje hasta un reino cercano. Allí, pidieron una recepción con el rey y el principito.
El Rey les preguntó cuál era el motivo de su visita.
La joven princesa dió un paso al frente y sacó su pequeña maleta.
- Necesito mostrarle mis tesoros al principito.
- Él no tiene tiempo para eso. Es ya casi invisible. No necesita tesoros.
- Si los necesito- se oyó una voz en la sala.
La Princesa sin risa y ya sin nombre... abrió su maleta.
- En este frasco de cristal está el primer beso que le daré. Aquí con este lazo, guardo el primer abrazo, en éste marco colocaré su fotografía, esta cucharilla es para tragarme la única lágrima que le haré derramar, cuidó a temperatura ambiente este caramelo de café con leche para que no se derrita porque sé que es su preferido, le encantan las fresas por eso ordenaré cultivar millones en el bosque junto a palacio, llenaré una piscina de gotas de lluvia, y se acabarán los ejércitos...
Conforme la Princesa iba relatando el contenido de su maleta, el Principito iba tomando forma...
Todos en la sala comenzaron a reír... incluso ella.
- ¿Cómo lo has hecho? ¿Cómo lo has vuelto a traer? - le preguntó el Rey.
- Muy fácil. Sólo sé que alguien me dijo... que yo no estaba enferma.... solamente, estaba enamorada.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Tal vez sea mi culpa. Culpable. Inocente. Te quiero. Olvídame.
Construí castillos de arena, de naipes, de sueños.
Te habría dado la vida que querías.
Me perdí.
Anduve por un camino que no era mío, y me encontré en noes que no eran, y en comienzos que olían a despedida.
Y te quise. Te quiero. Pensé que incluso las mariposas me iban a ahogar.
Todo va mal. Mis murallas se derrumban y aquí me quedo.
Pérdida. Sin rumbo. Dejando que te envuelvas en amores vacíos que te hundirán en el ensueño de un falso placer.
Culpa mía. Y me castigo por ello. Repito Lo que siempre supe... Que un día te cansarías de mí.
Solo sé
que me vi...

con la vida aleteando en el vacío

con el sol en la maleta por si el frío

Me agarraba sin saber a donde ir...

Estrenamos mes

Estrenamos mes y las cosas no van ni bien ni mal, creo que no van.
E intento luchar contra los vampiros de energías y me quedo por el camino.
No dejo que mermen mi energía, pero no puedo evitar estremecerme.
Y eso que hoy me han regalado un abrazo.
Me regalaron dos cedés de villancicos.
Me decoraron por sorpresa navideña mi hogar.
Me han comprado unas pulseras de animales.
Me han regalado un pastelito.
Y no sé si me dieron una ilusión o una puñalada.
Diciembre es duro... como el turrón.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Cuando el alma sonríe, el miedo tiembla.
Y yo me cansé de temblar. Pero hay miedos que se repiten sin parar, como esas viejas series de la tele.
Me cansé de tener miedo y de temblar.
Nunca me cansó de sonreír. Y menos de sonreírte.

viernes, 22 de octubre de 2010

Céntrate en parroquias,
que ésta Catedral, no espera.

martes, 12 de octubre de 2010

Milagros

No dejo de pensar en ella.
Ya me lo advirtieron.
Y ella me hizo creer en los milagros un día como hoy, un 12 de octubre.
Andaba en el hospital, y según los médicos, se nos iba...
No había muchas esperanzas, y ese pilar, fue triste.
Hasta que tras unas cuántas horas de directos en la tele, llame para ver cómo estaba.
Había reconocido a mi primo entre los cientos de militares que desfilaban en el Día de las Fuerzas Armadas en Madrid.
Y verlo, la revivió.
Hoy, en Chile, también hay milagros. En unas horas, si todo va bien, un minero saldrá de nuevo a la superficie. 69 días a 700 metros bajo tierra.
Hay cosas que te hacen pensar que quizá, todavía este mundo, pueda sorprendernos para bien.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Soñar



Me regalaron una peonza.
Creí que era mi tótem.
Y la hice rodar...

Se cayó al poco.

Demuestra que no estaba soñando.

Demuestra que no vivo en un sueño, aunque continuamente sueñe con los ojos abiertos.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Tenía todavía tanta arena de playa en las orejas que había olvidado escuchar. Cuando se la quito volvió a sonar aquella canción. Y unos sentimientos bailaron por su corazón. Decidió salir a bailar a la calle, y la Rebe in the city se descubrió a sí misma, sentada bajo un puente, mirando el rayo de sol que reflejaba justo en aquel segundo sobre la piedra beis de la orilla.
Había intensificado tanto su deseo de ser feliz, que se le había olvidado serlo con casi cualquier cosa. Pero volvió a reír. Y al mirar alrededor, volvió a comprobar que casi todos nos preocupamos de lo mismo, que todos sufrimos por cosas parecidas, y que por mucho que caigas, siempre te puedes levantar. Uno se levanta a diario, y caer, sólo lo hacemos a veces.
Entonces, se levantó y comenzo de nuevo a andar por la orilla.

martes, 28 de septiembre de 2010

Estábamos juntos.
El resto del mundo, se me olvidó.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Os diré algo sobre la cuestión de las historias. No son únicamente un
entretenimiento, no os engañéis. Son todo lo que sabemos, daos cuenta,
todo lo que sabemos para combatir la enfermedad y la muerte. Si no
tenéis historias, no tenéis nada. -


Leslie M. Silko

jueves, 23 de septiembre de 2010

AYssssssssssssssss

A mi no me importa que me digan
que soy un viva la vida
porque vivo sin compromiso

vida tengo mas que una,
aunque crea en el paraíso
para mí es mucho más carota el que me
acusa de pasota con la barba llena de whisky
Soy lo que tú quieras pero sinverguenza no soy.

Cuando veo esta puerca humanidad
Tantos crímenes sin nombre
De sinvergüenza ni hablar
Me da vergüenza de ser un hombre

Yo prefiero seguir buscando los defectos
Y los encantos de una dama golfa y valiente
Verdadera como la guerra,
Despeinada como la tierra
Y canalla como la gente.

para mi una mujer debe ser una hembra

Yo prefiero una compañera perfumada
Con el cuero y la madera

Una mujer para mí debe ser mucho más que una hembra
Que desprecie los dineros y el chanell
La corbata y la mentira
Y sólo por esa mujer valdrá
Mi muerte mas que mi vida.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Arañas



A veces los recuerdos son como arañas. Trepan por la espalda. Por los brazos. Al cuello. A los recovecos vacíos o llenos de nuestra memoria. Y a veces, hacen que incluso no podamos respirar.
Y hacen tambié´n que nos perdamos, y a veces en un mismo lugar, se juntan tantos recuerdos que es imposible dar un paso y caminar. Y notas como caes en el vacío. Como te ahogas. Y una lágrima viene al rostro y la garganta se queda helada y arden las palabras. Pero también, a veces, en ese mimso momento, una brisa seca la lágrima, sonríes para dentro, y echas a andar. Aunque no sepas ni siquiera, a dónde vas.

martes, 21 de septiembre de 2010

Nos quedamos vacíos

Bien se podía decir que lo que nos ha hecho Labordeta es un regalo. Nos regalo un Aragón por el que luchar, por el que sentirnos aragoneses, por el que sentirnos orgullosos. Un Aragón que podía ser mejor. Un Aragón excelente. Nos ha regalado ahora el volver a creer en las personas. Personas distintas, que se unen para decir adiós, hasta luego, hasta siempre, gracias. Y todavía me vienen las lágrimas a los ojos, y todavía me estremezco, y todavía se me pone la piel de gallina. Porque lo vivido estos días, demuestra que hay cosas por las que merece la pena luchar, por las que merece la pena unirse, estar juntos, y que el ser humano, aún puede salvarse. Apunten todo esto nuestros políticos… porque a veces, decir, a la mierda, es la única palabra que querrían decir muchas personas. A seguir adelante, a seguir luchando por Aragón, por lo nuestro…

Aragón hoy se ha quedado en silencio, ahora nos tocar volver a ponerle voz.

Pdta. Labordeta sonaba en el Corto.
Dicen, y aseguran, que hemos dejado de mirarnos a los ojos...
...
Por qué no me contestas?
Porque te estaba mirando a los ojos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Labordeta, el maestro

Se han marchado todos
y nadie ha vuelto
para cerrar la puerta.
Esta, vieja y desguazada,
golpea contra el viento
en las noches de asombro
como si nadie la quisiera oír,
como si todos los páramos del tiempo
se encerrasen aquí,
sobre estas galerías de casas agrietadas.
Y lejos,
más allá de las últimas carrascas,
alguien recuerda la cama
donde fue concebido con tristeza.

(Se han marchado)
Este tiempo. La lluvia.

Nadie venía a verme por la tarde
y el corazón
opuesto a las palabras,
rendía su homenaje silencioso.

Lejos hablaba el mar, la noche.

Siempre los pasajeros
sienten terror del cielo
y nadie representa la comedia
con el tono de voz apetecido.

Seguía el agua golpeando
y nostálgicos paraguas
redimían la aurora.

Vengo del aire o nunca
decías con tus labios
y más allá, muy lejos,
respiraban los hombres su deseo.

Cada encuentro sucede
apetecido. Todos tienen temor,
es algo repentino.

Y encuentro el horizonte,
el sol guillotinado.

Nostálgico recuerdo.

Ahora y llueve digo
como amor sin palabras:
Sucede le pensamiento.

(Sucede el pensamiento)

miércoles, 15 de septiembre de 2010



Demos las gracias a las latas vacías de cocacola...
Porque sirven para marcarte un playback de Isabel Pantoja en una carpa en medio del Pirineo, bajo las estrellas, con el Golosina, y grandes personajes afines a la fiesta.

lunes, 30 de agosto de 2010

Lope de Vega

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;


no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;


huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Mientras mi cama se queja de tu ausencia yo... invento mareas, tripulo barcos y sueño con encender con mis besos el mar de tus labios (Quique González)

viernes, 27 de agosto de 2010

Me quede vacía.
A la deriva, nadando contracorriente. Parada en medio del mar.
Me quede vacía.
No había palabras, y el silencio llenaba todos mis huecos.
Me quede vacía.
El camino a casa se volvía un laberinto oscuro.
Me quede vacía.
Sintiendo que te perdía. O que nunca habías estado.

jueves, 26 de agosto de 2010


Este trabajo a veces tiene cosas buenas y malas.
A principios de semana tuvo buenas.
33 mineros seguían vivos, 17 días a 700 metros bajo tierra...
Los cooperantes españoles eran liberados...
Pero la mitad de la semana se complica.
Y hoy, en Zaragoza, un hombre ha apuñalado a su mujer.
En Lugo, otro la ha matado.
Y ayer, en Afganistán, el hombre de confianza de dos guardias civiles, los mataba junto a su interpréte.
Esta foto da una idea de lo que es nuestro nuevo mundo. Un mundo sin barreras fisícas. Donde personas de distintas razas trabajan bajo lo mismo. Lograr paces duraderas, aunque sea en medio del infierno. Porque los tres: los dos españoles y el iraní con nacionalidad española, han muerto igual. Asesinados por el fanatismo y la locura de aquellos que sólo son capaces de inculcar sus ideas a través de la sangre, el terror, y el miedo...
Los que nos quedamos lo hacemos intentado seguir adelante. Un poco más tristes, un poco menos libres, pero intentando luchar porque la palabra, sea el único medio para conquistar las tierras y para lanzar ideas.

miércoles, 25 de agosto de 2010


Nunca te perdonaré que tú, fuiste el motivo, por el que quite los globos y las guirnaldas de mi casa

martes, 24 de agosto de 2010

Verano 2010

Un verano inolvidable.
Comenzó con dos amigos colgando en mi cuerda de tender para celebrar mi cumpleaños. Fiesta sorpresa.
Amigos que no esperas. Visitas.
Una casa llena de globos.
Risas y más risas.
En la peña.
Una tarta sorpresa.
Otro pastel sorpresa pasadas las doce.
Copas.
Risas.
Bailes.
Viaje relámpago a Italia.
Roma. Fuentes. Baños nocturnos.
Mensajes a altas horas que remueven el estomágo.
Caminatas. Buses turísticos.
Insolaciones.
Botellines de agua.
Cerveza.
Pitos. Pitadas y palabras prohibidas.
Cuatribici.
Risas.
Viaje a Napolés con revisor timador.
Sorrento. Cercanías.
Meta. La gran Meta.
El panadero.
El apartamento.
La tos.
Las vistas.
Viajes.
Pasta.
Nino.
Risas.
Cocktailes.
El Cuore.
El Gomone.
Más palabras prohibidas.
Pompeya.
Travelo.
El viaje en bus de Amalfi a Sorrento. Y sus vistas.
No acordarme de ti.
No llevar móvil.
Ella.
Reír sin parar.
Cuaderno de viaje.
Avión. Tormenta. Retrasos.
Cerdeña.
Playas esmeralda.
Inolvidable.
Relajación.
Desconexión.
Lavadoras.
Parada.
Poblado.
Piscina.
Paz. Descanso.
Calatayud.
San Roque.
Piso patera.
Risas. Y más risas.
Gafas de ópera.
Calimocho. Tinto de verano. Sin gaseosa.
Bailar hasta agotarte.
Cantar.
Sandía.
Risas.
Y el regreso...
La realidad...
No saber lo que quieres...
Y sobre todo,
saber lo que no quieres. Aunque a veces, te engañen.

miércoles, 21 de julio de 2010

Procedemos a la desconexión...

No me busque...

Zarpo lejos...

Vuelo a tierras lejanas...

Costas esmeraldas...

Piedras históricas...

Historias nuevas...

No te echaré de menos...

Y si lo hago, será con un limoncello en la mano...

No diré que te quiero...

Y si lo hago será bajo la sombra de un nuevo olivo...

No guardaré más secretos...

Y si los cuento, será en una canción de noche junto a la playa, bajo la luna...

A mí regreso, búsquenme en los bares y les contaré nuevas historias...

Procedo a desconectar hasta nuevo aviso.

Adiós. Hasta luego. Hasta la vista.

martes, 20 de julio de 2010

Con el tiempo me volví insensible.
No hay nada que duela más, que no sentir dolor.

Lucas

Hace casi un año recibí el mejor regalo de cumpleaños que se puede recibir. Lucas. El jueves cumple un año... yo unos cuantos más. Pero hizo que desde entonces, nunca un cumpleaños pueda ser triste. Porque pese a que el año pasado fue un día muy duro. Muy triste. Muy negro. Me acuerdo de él y pongo una sonrisa en el calendario.
Además, porque el destino quiso, que en parte, él volviera.
Lucas es una copia idéntica a mi abuelo. A alguien de la familia. A un ser especial. A una persona, que echas cada vez más en falta, con el paso de los años. Lucas tiene su sonrisa. Y su mirada. Y todos por dentro lo pensabámos y nadie decía nada. Hasta que un día, su abuelo, dijo... ¿A quién te recuerda el pequeño? Y yo quise llorar. Y le dije, que era verdad. Y el otro día, en la piscina, una señora vino, y dijo, es clavado a tu abuelo. Y cuando me lo cuentan, me dan ganas de llorar.
Porque sé que Lucas, nos va a hacer a todos un poco mejores.
Será bueno. Luchador. Inteligente. Incasable. Cabezota. Y bueno, bueno, bueno... un ser de luz, que ha venido a nuestras vidas, a hacerlas un poco más fáciles. Y que tiene la gran suerte, de parecerse, a un hombre bueno, que nos quiso como a nadie, y que nunca, dijo nada malo de nadie... Bueno, tal vez de Aznar y del PP...

lunes, 19 de julio de 2010

Hoy

Hoy las baldosas de la Plaza del Pilar, te abrasaban en los pies si te quedabas quieta... tal vez era porque mi corazón se había derretido.
Hoy, en el Puente no había viento de soslayo... tal vez, porque mi corazón anda de marejada.
Hoy, me he quedado pegada al suelo en el cruce... tal vez, porque mi cabeza se ha revuleto.
Hoy, los hielos de congelador han desaparecido... tal vez, porque mi corazón se ha vuelto a congelar.
Hoy he vuelto a pensar en ti.
Pero me pesabas más.
Me dolías más.
Hoy.
Hoy no debería haber sido hoy.

jueves, 15 de julio de 2010

Una pieza más...


"Cómo a este paso no sé si nos veremos os adelanto que si me encontráis más gorda no es por las cervezas. Me las han prohibido"

Y aquí estamos... esperando.

martes, 13 de julio de 2010

El Mundial...

Lo mejor del mundial...
Conocer la historia de Vicente Del Bosque y su hijo.
Pepe Reina.
La camiseta que llevaba Sergio Ramos bajo la Roja... por Puerta.
Y la camiseta que pudo enseñar con su gol Iniesta... por Jarque.
La amistad.
Y demostrar a los jefes que el trabajo en equipo y el buen rollo, tienen premio.
Y el beso... el beso... el beso en España...

Cumpleaños 2010

Un año más, y ya van dos, he realizado mi lista de cosas que desearía en este cumpleaños. O como las colecciones de fascículos, de aquí al siguiente cumpleaños... and the winner is...

Un globo de mil colores.

Un libro de colorear con sus pinturas.

Que una noche aparezcas en casa con todos los sabores de helado que crees que me gustarían.

Un atardecer.

Desayunar en la ribera.

Meter los pies en el río.

Hacer castillos en la arena.

El mejor cuadro para mi pared.

Un café perfecto.

Un billete a alguna parte.

Un sofá con manta.

Tener tiempo para hablar sin parar.

El abrazo.

Una fiesta sorpresa.

Una sorpresa contigo.

Reencontrarnos.

Subir alto y respirar.

Hacer un picnic en cualquier lugar.

Una estrella.

Pasear. Juntos.

Guatemala.

Un deseo que cumplir.

Un te quiero susurrado.

Ir a Eurodisney.
Aquel colgante de la suerte.

Un disco duro.

Un duro.

Jugar al risk.

Ir al karaoke.

Un disco de copla.

Besarte.

Reír toda una tarde.

Juntarnos.

Recordar.

Salir a hacer fotos.

Volver a hacer excursiones.

Pintar piñas del campo.

Salir a bailar un martes.

Tenerlos cerca.

Que no me duela el corazón.

El concierto.

Volar.

Ser invisible por un día.

Escribir.

Tocar la nieve.

Hacer para todos tortas a la sartén.

Cantar bajo la lluvia.


Pdta. He localizado la lista del pasado año y soy feliz. Un gran número de esas cosas se han resuelto, y otras se pueden recuperar. Así que ya sabes, leélas y lo solucionas...

sábado, 3 de julio de 2010

La Reb a la deriva

El sol iba y venía en la ventana.
Las nubes intentaban cubrirlo, pero salía un rayito.
Así se sentía la Rebe in the city.
Porque la vida es un buclé constante.
Porque sabía que él, tenía razón.
Que eran tontas. Que la culpa, la mayoría de las veces la tenían ellas.
El capítulo de hoy tenía una imagen de su amigo M.E. metido en la cama pensando... cómo pueden ser tan majas, tan inteligentes, simpáticas, tan capaces de hacerle la vida más fácil y feliz a cualquiera, y cómo pueden dejar que las traten tan mal.
Sí amigos.
Eran especialistas en elegir al hombre inadecuado.
Pero ellas mismas sabían que el resumen, la solución, era un tal vez.
Tal vez si te equivocas al elegir, nunca tendrás el miedo a equivocarte, a sufrir de verdad, el miedo a intentar ser feliz.
Y ella, o ellas, lo único que querían era resucitar. Levantar la mano, y mirar al sol sin cerrar los ojos.
Se daban sin quererlo. Casi demasiado pronto.
Y se volvían bocas mordidas, se sentían en medio de una farsa, no entendían nada, se atravesaban, y se daban cuenta de que el agua a veces no apagaba la sed, que no había silencios en las canciones, ni palabras que no tuvieran recuerdos. Se sentían invitadas a un baile al que habían acudido sin tacones. Cenicientas desnudas de deseos.
No quiero batirme en duelo. Quiero saber dónde perdí mi ropa. Saber que sientes por dentro. Saber dónde estás. Saber dónde te fuiste.
Y que nunca dejes de contar conmigo.
Se sentían descalzas en la carrera de vidas que se cruzaban en miles de desvíos.
Y la Rebe ya no sabía si perdía el equilibrio, o si nunca lo había tenido.
O si no existía.
El viento soplaba. Y ellas aguantaban el equilibrio, como podían.
Y querían saltar. Echar a correr. Abrazarte. Saber que aún estabas ahí.
Las cartas sobre la mesa.
Deja de contarme mentiras. Se alejan, se acercan, suelto tu mano, y aparecen tus pasos. Y me culpo por volverme loca, por volverme loca por ti.
No sé.
No sé que hacer.
Ya no sé.

jueves, 1 de julio de 2010

Valió la pena.
Valió la pena conocerte.
Valió la pena esconderse, las mentiras, los susurros.
Valió la pena lo malo, y por supuesto, lo bueno.
Valió la pena.
Valió la pena imaginarte.
Valió la pena encontrarte.
Valió la pena las miradas furtivas. Los guiños. Los roces.
Valió la pena enamorarte. Valió la pena hasta engañarme.
Valió la pena.
Valió la pena el sinvivir constante.
Valió la pena abandonarme.
Valió la pena el estruendo, los miedos, y los sueños.
Valió la pena.
Valió la pena lo grande, lo pequeño, las caricias.
Valió la pena que me dolieras, que me sintieras.
Valió la pena que estuvieras ahí, y que luego, desaparecieras.

miércoles, 23 de junio de 2010

Vivo sin vivir en mí y tan viva yo espero, que me muero por que no muero...

viernes, 18 de junio de 2010



Me encantó bailar contigo...

jueves, 17 de junio de 2010

La Rebe y su corazón

A la Rebe in the city le dolía el corazón.
O el vacío que quedaba en él.
Las nubes grises del cielo habían bajado hasta su cabeza, y lo habían encapotado todo.
Echaban mucho de menos, al heavy del corazón valiente, que les había dejado un trozo del suyo y se había llevado un trozo del de ellos.
Los echaba de menos a ellos.
Y echaba de menos el calor, frente al frío solitario.
Estaba cansada de ser angular, piedra, sostén... y pensaba que a veces, su corazón de piedra también necesitaba que le colocarán una gasa de seda y lo colocarán sobre un colchón.
Ella no era así. Pero se cansaba de ir de dura por la vida.
Le gustaba salir al balcón y guiñarle un ojo a la luna, aunque esta, a veces, no le respondiera.
Quería salir corriendo, aunque no tuviera un lugar al que ir. Andaba bajo la lluvia, porque así, no se notaba que de sus ojos caían las lágrimas.
Suspiraba. Suspiraba. Suspiraba. Para notar como el aire entraba por su cuerpo, y volvía a sentirse viva.
Y te echaba de menos. Te echa tanto de menos, que a menudo, no puede soportarlo.
Y sigue echándote de menos. Pase el tiempo que pase.
Todo lo que la rodeaba le parecía de mentira. EL escenario de su serie sin final, sin sentido.
Reía. Pero no sabía a veces por qué. Y quería decir tantas cosas, que le faltaban las palabras. Y tenía tanto sueño, que se había cansado de soñar. Y estaba tan cansada, que los sueños se le habían esfumado de la memoria.
Y de este modo, se perdía en un ir y venir, marcharse, volver, llegar, esperar, abandonar, acertar, errar, desafiar... pensó, que tal vez, lo que necesitaba era comprarse un diccionario de sinónimos y antónimos...

lunes, 14 de junio de 2010

De haberlo sabido... Quique Gónzalez

De haberlo sabido
no hubiera dado todo en un principio
no hubiera sido la noche en tu espalda
y congelándote de frío.
De haberlo sabido
me hubiera ido sin decirte nada
no hubiera sido tan duro contigo
no habria corazón en la garganta
Peor que el olvido
fue frenar las ganas de verte otra vez
peor que el olvido
fue volverte a ver
Me sobran Motivos
pero me faltas tú sobre la cama
y ahora que las calles están llenas de bandidos
cuando necesito de tu madrugada
Cuando ya te has ido
cuando me parte en dos el alma
no hubiera dudado en quedarme contigo
de haber sabido como yo te amaba
Peor que el olvido
fue frenar las ganas de verte otra vez
peor que el olvido fue volverte a ver.

miércoles, 9 de junio de 2010

Despertar

Se lenvató cansada, acurrucada en la cama.
Las sábanas estaban hechas un ovillo junto a ella.
Y al otro lado no había nada.
La Rebe miró a la ventana. Fuera seguía todo igual. Hoy llovía.
Y pensó que tal vez, si una gota le caía justo en la frente, en el momento en que lo deseará con mucha fuerza, podría hacerse tan pequeña, tan pequeña, tan pequeña, que nadie la viera.
Y así, sola, acompaña, en el vacío, o llena de vida, habría atravesado nadando los charcos hasta llegar a él.
Cansada.
Cansada y sin saber bien ni lo que era, ni lo que quería ser.
La Rebe in the city, salió de nuevo a la calle. Un día más. Arrastrando sueños que no lograba cumplir, proyectos que se acababan, y ganas que no le quedaban.
Ya no sabía si era tan perfecto.
Ni siquiera sabía, si ella, con una gota de agua en la frente, no se podría ahogar.

lunes, 31 de mayo de 2010

Días cuesta arriba... (y cosas que suenan en la radio)

Tantas cosas que no sé de tí.
Un conjunto de manías.
Un obstáculo en el alma, que me hace imaginarme sin perder la calma.
Una incógnita perfecta, sin dibujos ni palabras.
Un principio de ironía.
Tenerte aquí. Tan cerca. Como un cubo de secretos. Como quien abre una puerta.
Y saber que cada paso, será un paso a tumba abierta.
Cuánto tiempo para ser amigos.
Cuántas cosas que llevarme al viaje contigo.
Un principio de alegría, explosiones controladas.
Un pulso al nuevo día en una vida desgastada.
Pereza y tristeza, convertida en esperanza.
Sin saber lo que sabrás de mí, sin saber si volveré a caer, si volveré al suelo.
Un principio de energía, y jugarséla en un trago.
Lo que digo.
Lo que hago.
Rara vez van de la mano.

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Y lo único que me queda es la pena, el aire, no quedan razones para poder darte, no queda nadie, me queda tu puerta, cuando nada me queda. Sola en la calle. Me queda una cosa, y algunos males. Tu luz, espera encendida al final de la calle.
Lo siento. Lo siento. Cada vez que regreso, cada vez que te pienso, no te merezco. Eres lo último que quiero olvidar.
También me queda tu nombre, tu sombra, me quedan las obras, lo que hice, los restos pérdidos de una vida rota. Me quedo por verte, aunque no sea mi hora, aún me queda un pedazo de ti, una lágrima que siempre brota. El silencio que no calla, tú foto que no habla, y lo tenía todo, y ahora ya no tengo nada. Lo siento

sábado, 29 de mayo de 2010

La Rebe in the city (demasiado)


No seguía deshojando margaritas, porque no creía en los astros. O sí. Pero a veces las chispas se apagaban. Otras se encendían.
Y la Rebe in the city, quiso huir. Subir a cualquier tren que la llevará lejos. A un lugar con playa. O con montañas. O con cielos encapotados.
Un lugar donde las incertidumbres se cayerán sobre los pies cansados de caminar. Quiso saltar al precipicio, pero no había ninguna mano para agarrarse durante la caída.
Se dio cuenta de que estaba mu loca. Pero tan sólo las personas que lo están pueden sobrevivir a las mañanas pérdidas. Cuando el sol se clava en las miradas. Cuando el olor se evapora entre las hojas de los árboles.
No supo muy bien donde iría. Pero quiso hacer una maleta muy pequeña donde tan sólo entrará una docena de libros y un pañuelo de colores.
Dejó sonar la canción del disco. La volvió a poner una vez más.
Bailó como si la vida acabará en aquel mismo instante. Cómo si su presencia estuviera aún agarrada entre sus manos.
Pero, ¿y si se caía? Suspiró. Y tal vez, saltó. O tal vez, siguió deshojando margaritas. Escribiendo capítulos de series sin sentido. Y exclamando pensamientos agarrotados.
Te regalo el mundo, para ti solito...

jueves, 20 de mayo de 2010

La Rebe in the City (más)


La Rebe in the city se preguntaba si debajo de todo el agua del mar, había una tubería.
O seguía pensando, si al llevar un anillo de concha, llevaba el mar encima.
A veces le gustaba preguntarse si la mancha que había en el suelo del salón se había formado sola en protesta de la programación televisiva.
Soñaba con niños corriendo en pasillos inacabables. Sin fín.
Aspiraba a ascender cimas hoy inalcanzables.
Su objetivo de futuro era ser cabaretera. Por ello, ensayaba todos los días en la barra de la cocina.
De mañana, ponía la música a todo volumen. Le gustaba despertarse así.
Le encantaba acostarse acurrucada al otro lado, a su lado.
No se había disfrazado la última vez, y eso le apenaba.
Tenía en mente la fabricación de una capa, pero acabaría comprándola en algún catálogo internauta.
Le gustaría tener un perro, pero no lo podría sacar. Le gustaría tener un canario, pero seguro, que moría axfisiado por el calor o por el frío en la terraza.
A veces le gustaría que la quisieras. Pero a veces. Porque ni ella misma, sabía bien si lo quería.
Los corazones son como las almohadas donde se suelen clavar las agujas de coser. Suelen tener marcas. Agujas clavadas. Y otras pendientes de clavar. Otras se caen. Pero ya no sale sangre. No hay. O no queda. O se ha secado.
Ella tenía mucha sangre. Pero también miles de miedos. O no. No había miles de miedos. Había pocos. Pero debían de ser grandes.
A la Rebe le encantaba bailar. Y llevar tacones altos, aunque sólo fuera para que tú los vieras.
Se había sentido Princesa. Ahora ya no sabía muy bien lo que era.
Le gustaba andar con los pies en el suelo. Pegada a la tierra. Pero casi siempre, sin quererlo, acababa en las nubes.
Y aunque todo era distinto, a veces las cosas parecía que no cambiaban. Y otras veces, cambiaban tanto, que no recordábamos como eran antes.
Tenía tantas cosas que decir, que se le olvidaban.
Tenía tantas cosas que olvidar, que no las recordaba.
Tenía tantos recuerdos, que seguía viviendo para tener muchos más.
Viajaba a veces con la mente. Se veía en lugares, en escenarios, que nunca conocería. O que tal vez había conocido ya en otros tiempos. En otra vida.
Calzaba orgullosa unas zapatillas que ella misma hacía. Y con cualquier cosa, cuando menos lo esperaba, ese día, se comía el mundo.
Tenía una Luna que siempre le recordaba que usaba la misma colonia.
Y a ella, le gustaba su olor.
Reía sin parar, incluso cuando las cosas iban mal. Y cuando estaba cansada, le cansaba hasta soñar. Murmuraba sin parar cosas que nunca diría despierta cuando estaba dormida, y esto suponía, que a veces, despertaba afónica, sin voz.
Pensaba en todas estas cosas La Rebe, cuando se dio cuenta de una cosa. Cuando eres feliz, los textos que escribes, ya, no son tan bonitos.

jueves, 6 de mayo de 2010

Yo otra vez

- Hola. Soy yo otra vez.
- Hacía tiempo que no me hablabas. Pensaba que me habrías olvidado.
- Sabes que no.
- Lo sé.
- Te sigo echando de menos.
---- sonríe
- Y creo que además, no se me pasará nunca.
- Es normal. Yo no me marcharé nunca. Sé que ahora eres feliz.
- Lo soy. Mucho. Aunque no me entienda, aunque me pierda...
- No estás perdida. Estás más viva que nunca.
- Pero vivir duele.
- No hay remedio. Debe ser así.
- ¿No hay pegamento para el corazón?
- Los corazones se rompen porque están vivos, porque son uno... o porque a veces, deben partirse para recordarnos que los tenemos.
- Si estuvieras aquí sería distinto.
- Sería como fue siempre. Y ahora eres más feliz.
- Pero contigo era mejor persona. O lo debería haber sido.
- No. Tú siempre has sido así. Eres especial. Y lo sabes.
- Te echo de menos.
- Y yo.

Deudas

Debo unas cuántas entradas a este blog.
Debo un par de capítulos de la Rebe in the city.
Te debo una mirada que haga que te derritas.
Debo alguna sonrisa, pese a que sonríe casi de continúo.
Debo un gracias a todos esos que dicen que estoy muy guapa.
Debo un beso a los que dicen que estoy enamorada.
Miradas.
Debo un viaje para jugar sin parar.
Debo un billete sacado por internet.
Debo plantar una lampedosis, y unos tulipanes nuevos.
Debo estrenar una fondué.
Debo una cena, una visita a un niño pequeño y un par de achuchones a unos grandes.
Debo volver a construir sueños.
Debo bailar hasta el amanecer.
Debo una pieza sobre un proyecto de ley que no conozco.
Debo una visita a Ibercaja para domiciliar mi alquiler.
Debo reconocer que me haces falta.
Debo decirle a los que quiero, que les quiero.
Debo aprender a decir que no.
Debo dejar de quererte.
Debo querer.
Debo un par de lágrimas que no consigo que salgan.
Debo romper unas cuántas barreras que me aprisonan sin querer.
Debo unas entradas para Sabina, y comprar otras para Alejandro Sanz.
Debo el dinero de una peña.
Y debo grabar una cinta que no sea Xuxa o Puturrú.
Debo unas cuantas pelis a la SGAE.
Debo regalar un par de cuentos, y escribir unos poemas.
Debo montones de cosas, y me debo a mí misma, el tiempo para hacerlas.

lunes, 19 de abril de 2010

Ya no eres el chico de moda, ni me vendes ninguna moto...

Déjame vivir
Ya no eres el chico de moda
Con dos ojos como dos pistolas
Siempre listas para matar

Déjame vivir
En tu sitio ya abra otro
Que no me venda tanto la moto
Que me lleve el domingo a bailar


Déjame en paz
Ni se te ocurra decir te quiero
Que ya me morí por tus huesos
Y ahora merezco vivir

Déjame vivir
Ya conozco tus malas artes
Y ya no voy a ser más la de antes
Siempre al servicio de su majestad

Déjame vivir
No digas que te lo pensaste
Que sin mi todo es un desastre
No me cuentes tu vida chaval

Déjame en paz
Ni se te ocurra decir te quiero
Que ya me morí por tus huesos
Y ahora merezco vivir

No tenias tantas amigas
O es que nunca están sobre estas horas


Toma unas monedas
Cómprate unas pipas

Y Deja de llorar sobre mi lavadora

Y deja de decir que vas a morir

Déjame en paz
Ni se te ocurra decir te quiero
Que ya me morí por tus huesos
Y ahora merezco vivir

martes, 6 de abril de 2010

Cosas que hacen que la vida valga la pena

Ella le dijo:
Hay que barnizar la mesa de la terraza.
Él le contesto:
Vale. Ya lo haré.
Cuando ella volvió a casa, la mesa estaba barnizada.
Y la terraza llena de flores.
(Cosas que hacen que la vida valga la pena)
Verídico.

jueves, 1 de abril de 2010

Si me olvidas... Vanesa Martin

Llevo el sol de equipaje de mano;
me vine sin pensarlo demasiado.

Te imagino ahí, despidiéndome,
y se me coge un pellizco que aprieta.

Llevo la sonrisa forzada
y el alma un poquito en alerta,
porque derribaron mis botes;
quedé flotando en mar abierta.

Si me olvidas vivirás tranquilo
tendrás planes y proyecciones.

Si me olvidas no habrán remolinos,
ni altibajos de emociones.
Porque el momento de encontrarnos llegó en plena tormenta,
y aunque mis velas te buscaban mi dirección estaba quieta...

Y si me olvidas vivirás tranquilo tendrás planes y proyecciones.
Si me olvidas no habrán remolinos...

Llevo la maleta cargada de libros para no pensarte,
que dicen que cuando te observas. realmente no es lo que te sale.

Necesito sudarte como se duda un día de verano,
como el abrigo que llega a agobiarte,
cuando no consigues desabrocharlo.

Y si me olvidas vivirás tranquilo...

lunes, 29 de marzo de 2010

Si yo la teoría sobre la felicidad me la sé,
lo que me falla es la práctica, y algo de suerte.

La Rebe in the City...

viernes, 26 de marzo de 2010

Corazón de piedra


A veces ves venir los problemas.
O las penas.
O las tristezas.
O las decepciones.
O simplemente, sabes que va a pasar algo, que no te gustaría que pasará.
Pero también esas veces, tienes que sacar tus mejores zapatos. Saca tu mejor vestido. Tu mejor sonrisa. Y tienes que salir a la calle con la cabeza muy alta.
Pensando que te comes el mundo.
Que nadie puede hacerte daño.
Y que nadie podrá hundirte.
Todos a tu alrededor lo creen. Ignoran tu lucha interna. Y tu guerra.
Y el ying y el yang se dan de tortas dentro de ti.
Pero continúas sonriendo, pese a que por dentro, tal vez estés llorando.
Y sigues como si tal cosa.
A veces, tener un corazón de piedra, también es doloroso.

martes, 23 de marzo de 2010

Ésta me la envía Netanyahu... un gran tio, mi amigo Netan... me envía partes de guerra a la una y pico de la mañana, y yo le mando las conclusiones de la ONU a las ocho de la mañana... cual Ban Ki Moon...

Falete. SOS


Ven a borrarme los fracasos de mi mente
Ven a llenarme de caricias diferentes
Ven a sacarme de este pozo de amargura
Donde me encuentro yo...

Y dame el agua de tu fuente cristalina
Y dame el beso que sin darse se adivina
Que estoy sediento de cariño sin medida
"cansao" de dar amor

De volar siempre buscando la fantasía
De nido en nido como paloma "perdía"
Estoy "cansao" de secretos y mentiras
Buscando un gran amor

Que sea capaz de enamorarse cada día
Velar mi sueño mientras que duerme mí
Vida mirarme siempre con la mirada
Encendía igual que miro yo...

Dame tu mano sin temor a equivocarte
Si tu me entiendes yo nunca voy a engañarte
Dame las cosas que nunca supieron darme
Te llenaré de amor...

Y no hagas caso de lo que diga la gente
Tienen envidia por que yo amo libremente
Por que mi amor es como un pájaro silvestre
no se puede enjaular....

Y vuela siempre buscando la fantasía
De nido en nido como paloma "perdia"
Esta "cansao" de secretos y mentiras
Buscando un gran amor

Que sea capaz de enamorarme cada día
Velar mi sueño mientras que duermen mí
Vida
Mirarme siempre con la mirada encendía
Igual que miro yo...

lunes, 15 de marzo de 2010

Todas las familias felices se parecen entre sí;
las infelices son desgraciadas en su propia manera.

Leon Tolstoi.

¿Y ya con que voy a soñar, cuando he sido tan feliz despierto?

Dovstoievsky.

jueves, 11 de marzo de 2010

La Rebe in the city hoy estaba cabreada con la vida. Había decidido que estaba de paso, en su serie, donde cada día más, al guionista se le estaba yendo la olla.
Y decidió que entre tantas nubes, estaba el sol, y que aunque soplará el cierzo, siempre podía encontrar un poco de calor en algunos corazones.
Había decidido también dejar de querer a los demás, no al mundo, pero quererse más a ella. Andar descalza cuando quisiera, escribir un microcuento a través de sms con unos majarás, y mandar al quite a los plastas que le daban la brasa.
EStaba harta de penas y engaños. De mentiras. Ella sólo creía en las sonrisas.
Ojalá llegará pronto la primavera, y volviera a ir en bizi sin viento.
Quería estar con los abrazos que la llenaban, con las risas que le hacían consquillas y con los besos que la estremecían. Lo demás, quedaba fuera. Tal vez, hiciera otra serie...

lunes, 1 de marzo de 2010

Ultimamente me debato en un continúo yinyang... En una guerra interna. En un lado bueno, y un lado malo. Y me pasa con mi relación por ejemplo, con la ciudad.
Hay días que necesito salir de Zaragoza. Huir. Escapar. Pero cuando peor estoy, de repente, me reconcilio con ella gracias a algo.
Ayer fue la luna. El cruzar el Puente de Santiago a las diez y media la noche bajo un leve viento que te hacía sonreír, pese a las mierdas. Hoy ha sido la luz contra la fachada de la Iglesia que hay al salir de mi casa. Luego ha sido El Pensador de Rodin con el Pilar de fondo. Me gusta Zaragoza. Y sobre todo me gusta, que conforme cambia de luces y colores, cambia de forma, y de fondo, y de contenido.

jueves, 25 de febrero de 2010

Yo puedo coserte el corazón
y tú lamerme las heridas
y dejaré de apostarme la vida en cada esquina,
y sólo necesitaré algo de sol.

martes, 23 de febrero de 2010

A ella, a veces, le abrasaba el corazón...

martes, 16 de febrero de 2010

La magia

La Rebe in the city decidió meter una pausa publicitaria en su vida. Se parecía demasiado a una serie. Y aunque no tenía aún conexión a internet en su nueva casa, pasaba demasiado tiempo leyendo, pensando e intentando escribir.
Pero hoy su silencio se rompía con un hecho que la había conmocionado.

Un amigo suyo, el crápula y ligón, le mando un sms a una chica, con la que se carteaba por móvil, diciéndole, si te aburres escribe en un papel lo que más te gusta de mí.
Ella le contesto riéndose.
Y él, a los días, recibió una carta en el buzón. Con matasellos y todo! Auténtica!
En su interior, un post-it... con varias de las cosas que más le gustaban de él escritas y un final... y tú también me gustas un poco.

¿No me digan que la vida a veces no te hace volver a creer en la magia?

martes, 9 de febrero de 2010

De mudanza...

Recuérdame,
si el mundo no te trata tan bien...

domingo, 7 de febrero de 2010

Viviendo

domingo, 31 de enero de 2010

Exorcismo

La Rebe in the city había quedado con una de sus amigas, la rubia, en trazar un plan.  Un plan de desquite.  Olvidos.  Desgarros.  Estrés.  Recuerdos...
Iban a subir al coche.  Irían a Ikea.  Comprarían una nueva vajilla.  En el maletero llevaría la vieja vajilla de la Rubia.  Irían a un descampado.  Y comenzarían a romper platos y vasos y tazas y platos.  Era un exorcismo.  Se lo había recomendado su amigo, el artista.
Y ambas, esperaban que funcionará.  Y sino, habría vajilla nueva.

sábado, 30 de enero de 2010

Sólo diré...

Supercalifragilisticoespialidoso

lunes, 25 de enero de 2010

Cartas entrelazadas

Ésta canción apareció de casualidad.  Su letra dice muchas cosas de las que yo llevó días queriendo decir... no sé si para bien o para mal... pero ahí va.

Una tarde sin ti al teléfono,
un espejo que no deja de esperar,
unos labios sin besos,
una pareja sin sexo
una parada de más.

Una historia que no existe todavía,
unas cartas recordando los días,
un abrazo que no tiene salida,
un porque camuflado en ironía.

No puedo describirte,
no puedo siquiera nombrarte
Sólo son líneas que caen sobre el papel
intentando dibujarte.

Una parcela de cielo en la tierra,
el mundo entero en tu regazo,
una puerta por la que siempre pasar,
un billete de ida para huir de la rutina,
un mirador con vistas al infinito,
este insomnio placentero,
el olor de la ansiedad sobre mi almohada,
una última caricia en mi ciudad callada.

No puedo describirte,
no puedo siquiera nombrarte,
sólo son líneas que caen sobre el papel
intentando dibujarte.

Una pregunta que aún no quiero entender,
una respuesta en tu mirada,
un mar de aceite que me vuelve a sorprender,
cuando en mi vida haces tu entrada.

No puedo describirte,
no puedo siquiera nombrarte,
sólo son líneas que caen sobre el papel
intentando dibujarte.

No, no puedo describirte, no puedo siquiera nombrarte...
¿Si te dejan de regalar calcetines de colores, si las rayas se convierten en grises y negros, te has hecho mayor?
En esto pensaba la Rebe in the city, para calmar sus odios, sus ansías o sus sueños.  No soportaba ver mal a según que personas.  Ni que las voces sonarán triste al otro lado del teléfono.  Ni que las vidas se desmoronarán, aunque no fuera así y tan sólo parecieran temblar un poquito.  No en aquellos a los que quería.
Pero su sofá cheslon cama se había convertido ya en un diván donde contar las primeras penas. Y dónde hacer las primeras confidencias.  Y aunque el cielo a veces podía parecer encapotado, a las seis menos veinte de la tarde también podía salir el sol.  
Y entonces, al volver a casa, tras hacer todo lo que debía hacerse un lunes, o lo que no, o lo que se podía dejar para un miércoles, pensaba en los cuentos.
Pensaba en aquella vez que al dormir soñó con ellos.  Si Pinocho no hubiera sido un mentiroso, si la princesa de las trenzas rubias se las hubiera cortado y no se las hubiera tendido al príncipe valiente que vino a salvarla (mucho más sufrió ella el que el joven muchacho subiera por sus cabellos), o sí el Soldadito de Plomo hubiera dejado plantada a la engreída bailarina.  Qué habría sido de nosotras si Aladino no hubiera robado la lámpara, o si a Blancanieves lo hubieran gustado las manzanas, ni la Bella Durmiente hubiese probado el placer de echar una cabezadita.  Que cambiaría en el mundo si los Siete Cabritillos no hubieran abierto al lobo con patas de harina, si Cenicienta hubiese calzado unas botas inamovibles, si el Hada hubiese sido Hado, si Goliat no hubiese tenido gigante, si Simbad el Marino hubiese tenido miedo al agua, el Patito Feo hubiese sido un presumido, y si los tres Cerditos hubieran sido lechuzas...
En eso pensaba, para no pensar en lo que debía pensar.  Que había construido muros tan altos que ahora no podía saltar por ellos, rodearlos le costaba días, horas... y esperar era la parte más cómoda de los cuentos.... pasar hojas, hojas, y hojas, hasta ver que siempre, o casi siempre, acababan con un final feliz.  O eso esperaba, aunque ya no fuera una Princesa.

domingo, 24 de enero de 2010

A la Rebe in the city le faltaban horas.  Horas o días.  Porque su agenda estaba colapsada.  No en vano, el tiempo que tenía libre lo dedicaba a su gran plan.  A su casa.  Y no en vano, en los últimos meses, se sentía más feliz que nunca.  O al menos, más tranquila que nunca.
Pero los domingos son días astutos.  Que engatusan.  No le gustaban.  Podían ser perfectos amantes o perfectos asesinos.  Y pese a que el último golpe lo había asestado ella.  Pese a que la recompensa llegó exactamente a las 05.25 de la mañana, cuál ibuprofeno ante una esperada resaca, no podía dejar de sonreír de soslayo.  O de sentirse cansada.  O pérdida, sin quererlo.  Y sin estarlo.
Y no podía ver a según que personas tristes.  Y lo había notado en su voz.  Y tampoco podía escuchar según que canciones.  Ni ver según que películas.  Ni podía enterrar al olvido, y matar a los recuerdos.
Pero volvió a coger el libro entre sus manos, y pensó, que algunos domingos deberían dedicarse únicamente a leer, bajo una buena manta.

domingo, 17 de enero de 2010

La Rebe in the city (2010)

La Rebe in the city, estaba rara.  Eso decían.  Que estaba rara y gilipollas.  Lo cierto es que estaba nerviosa.  Nervios de ligar dice una amiga suya y coprotagonista de la serie.  Náuseas.  Vómitos.  Nervios... Y el, hola, adiós, ya hemos acabado, puedes marcharte de mi cama... Sólo funciona en las series.
Y claro, para retar a los nervios, a las nieblas, y a las mañanas, se tiraron a las calles para beber Ribeiro y comprobar que a la Rebe, lo que le gustan, son los bichos con cáscara.
Y que a ella, le gustan con púas.   O punzantes, apostilla la Rebe.
Esa noche aprendieron que los gintonics con café saben mejor.  Y que existen las luces de warning.
Y que si una se encuentra a gusto se fuma un cigarro.  "Estoy tan a gusto que me fumo un cigarro para celebrarlo...".
Y llega alguien (C.E), y le pregunta "¿Cómo lo has hecho para dejar de fumar?"
Y ella, MDMA, le contesta "Pues mira, fuerza de voluntad, que tengo".
Y la Rebe, lleva todo el día pensando que hay gente en un día en Haití que ha salvado cuatro vidas, y que ella en sus 26 años no ha hecho nada igual, ni lo hará seguramente, y pensando en voz alta asegura "Yo, igual soy cooperante. Porque no sé lo que soy, y así me va".
Pero sus pensamientos quedan interrumpidos por su amiga la que ha dejado de fumar a las doce en punto de la noche gracias a su fuerza de voluntad.  "Llevó un día sin fumar.  Desde ayer no fumó".  Son las doce y dos minutos.
Debate absurdo sobre si alguien es o no es guapo. De cara.
Aparece en el bar una bandeja con restos de pinchos, y ella, los mira con cara de deseo (debe ser por lo de dejar de fumar, y muy seria en voz baja, le dice a la Rebe... "Dame esa tostada de ... "  E. se lleva la bandeja y ella dice "Hijo de puta..."
Cambio de música... cedé inoportuno a lo que la Rebe tras debatir con el deejay contesta... "Qué arisquidez!"
MDMA baila sin parar y grita tras comerse un torrezno "Sois la patrulla de la salud"
Se sienta en un asiento especial y N le dice "M, hasta el lunes no viene el de los zapatos" y ella muy seria le dice "Pues aquí le espero".
"De todos los órganos del cuerpo humano, mi preferido son los riñones" (La misma que esperaba)
Suenan unos toques de trompeta, de bombo y de saxo, y llega la charanga.  La Rebe se siente crecer y anuncia "La charanga para mí es como la Biblia para un cristiano".
F.  nombra a Lola Espejo Oscuro.  Y M anuncia "Me imprimo a un putativo" tras hablar de líos carnales de primos.  Y mientras acaba su torrezno debate, "Para mí el sexo es como los torreznos... placer carnal".
Luego mira muy fijamente a la Rebe y le dice "Pregúntale a zurdita... (su mano)... sí, es el 31 de enero"
Y F.  las mira a ambas y estípula "La amistad se nota en que cuando se bebe, siempre se lleva la misma bebida (cantidad)"  Y M le responde, "eso lo decía también Fredie Mercury".
Ella, lo único que quiere es ser Mairalesa.
Y ambas utilizan la táctica del ojalá para pedir el último cubata en dicho lugar.
M arranca la etiqueta de su vestido que había estrenado, y le pregunta a su otra amiga, "Por qué llevas el salvavidas puesto?".
Y la Rebe empieza otro debate en el que argumenta "En tu pueblo son mucho más aventajados que en el mío".
Ambas intentan convencer al camarero de que sorba un poquito de alchol, y la amiga de la Rebe, indignada grita "Ni por nosotras? Tú, no eres un boyscout"
Pero se rompe la claridad del sistema, y del debate sobre las películas argentinas, y se oye, "Irse al pedo, reempujar cuando la pinchilla es corta" (Matías), y entramos en un debate sobre lo inútil de la frase, porque reempujar es una frase hecha, como... empujar mucho.
Alguién canta, y decidimos llevarle a Eurovisión.  Y de pronto, una voz grita, "Ese es el puto himno de Aragón".  A lo que la Rebe responde, "Si no sale la mujer del flequillo no me sale".
Las copas avanzan.  Se acaban.  Y entonces M muy seria dice "Él es ese charco que queda a un lado en el paso de cebra... (silencio de entonación) y tú eres la katiuska que le pasa por encima".
Otra persona grita "Tino Casal siempre acontece... Retén!"
Jacinto se presenta y entonces Rebeca, grita, "Ay Dios, mi abuela se llamaba Jacinta".
Nuevo debate... "Es un sinfonier.  Tú eres una mesa camilla imprenscindible.... y no sé como continúa la frase porque las letras son inteligibles...

+ La Rebe in the city y su amiga siguieron por la ciudad, anduviendo, cantuviendo, sonriendo, abriendo su corazón en una mesa que sabe más que ninguna de ellas.  Porque la mesa nunca llega borracha como ellas y por ello, al día siguiente no se acuerdan nunca de nada de lo hablado.

sábado, 16 de enero de 2010

Tan y tan pequeña

Me hago mayor, y mientras, me siento tan y tan pequeña.  
Tan pequeña, que quisiera recostarme en tu regazo y olvidarme hasta de respirar.  
Tan pequeña, que temo comenzar a llorar y ahogarme en el mar de dudas que me rodea.
Tan pequeña que sólo oiga tus susurros.
Pero no es así.  
Me pareció ganar una batalla que aún no había comenzado.
Creí que la vida me rodeaba, que por fín llegaba una tregua, que ser feliz también era posible.
Tan pequeña.  Tan y tan pequeña.
Y mientras tanto, me hago mayor.
Atrás quedarás los veranos de juegos, los cuentos, los paseos, crecer, aprender, soñar y vivir.
Lo mejor de todo, que seguirás aquí.
Junto a mí, cómo ahora.
Mientras escribo estas líneas, y las lágrimas asoman por mi mirada.
Ahora me hago mayor, mientras tú, te haces pequeña.  
Tan y tan pequeña.
Casi como un susurro.


A ella...

Cosas...

En mi etapa de 2010, he estado limpiando papeles de encima de la mesa, y en un cuaderno han aparecido un par de "vomitonas" de palabras... aquí las dejo.

Lo ridículo de las despedidas;
decir adiós, cuando querías decir, nunca me iría.
Responder ciao.
Cuando se quiere decir, quédate.
Hablamos, para esconder un, 
por favor, llámame.
Venga, hasta luego.
Para camuflar un no te vayas,
o te tendré que salir a buscar.


Ir y venir.  Volver.  Llegar y estar.
Permanecer.
Empezar y acabar.  Fin.   Principio.
Nacer.  Morir.
Los hospitales son lugares llenos de esperanzas
y desesperanzas.  Sueños rotos.
Proyectos.
Los hospitales están cargados de silencios, 
de voces, de susurros, de gritos.
Silencio.
Fantasmas.
Los hospitales están marcados por lágrimas.
Historias.  Reencuentros.
Los hospitales quiebran los caminos, y otras veces, 
los bifurcan.
Hola.  Adiós.  Principio.  Final.
Comienzo.  Acabar.  Elegir.  Luchar.  Vivir.


"Por qué tenemos tanto miedo los humanos a decir lo que sentimos?"

martes, 12 de enero de 2010

-  Te vuelvo a echar de menos.
-  Lo sé.
-  Querría contarte tantas cosas, y tengo miedo.
-  No lo tengas.  La vida es así.
-  Lo sé.  Pero me ahoga.
-  Eso no es malo.  Eso es que lo quieres.
-  ¿Y si no sé querer?  ¿Y si no sé quererle cómo se merece? ¿Y si él no me quiere?
-  Si é no te quiere, dejará escapar lo mejor que le había pasado nunca.  Y si no sabes quererle, él te enseñará.  Y sí sabes querer.  Lo haces a diario.
-  Te echo de menos.
-  Es porque me quieres.  Y nunca se te pasará.

sábado, 9 de enero de 2010

A veces, enciendo las luches de noche,
para no verme envuelta en mis propias tinieblas.

martes, 5 de enero de 2010

Un 5 de Enero de hace ya muchos años, casi demasiados jejeje... unos amigos de mis padres me llevaron al aeropuerto a recibir a los Reyes Magos.
Recuerdo perfectamente el momento en que tras la cristalera vi como bajaban del avión.  Después, Melchor, mi Rey Mago, me dio un beso en la mejilla derecha y no me quise lavar ese lado de la cara durante semanas.
También en casa una vez vi a Papa Noel.  Yo le esperaba tras la esquina del pasillo que iba al salón.  Él siempre dejaba los regalos bajo el árbol de la entrada.  Y ahí me aposté.  No sé cuántas horas estaría, pero lo vi.  Lo cuento siempre.  Y lo sé.  Porque tengo la imagen graba en mi retina.  Yo en la esquina y Papa Noel dejando los regalos en el pasillo.  Me volví loca.  Lo vi marcharse.  Y salí de mi escondite.
Y es verdad.  Y el que quiera que se lo crea, y el que no, no.  Pero yo, lo vi.

domingo, 3 de enero de 2010

Sensaciones


Hay sensaciones que se repiten.  Cómo amaneceres que ya hemos visto o cómo capítulos de los simpson que echan sin parar en navidad.
Sensaciones como está.  La de sentir que me ahogo. Que algo nace.  Que algo me da miedo.  Que me penetra.  Que tengo escalofríos.  Que ando pérdida. Que el mundo no es mundo si no está.  Que las lágrimas se mezclan con la risa.  Que tienes miedo.  Y que no sabes muy bien si algún día las palabras podrán salir de tu garganta.
Hay sensaciones que se repiten.
Una y otra vez.
Con el paso de los años.
Cuando crees que ya no las volverás a sentir.  Cuando ya ni las recuerdas.
Reaparecen.
Hay sensaciones, que se repiten, y que tal vez no deberían acabarse nunca.

viernes, 1 de enero de 2010

A la Rebe in the city no se le daban bien las nocheviejas.  No soportaba llevar tacones.  Ni las gafas con nariz de plástico.  Ni los matasuegras.  Pero le encantaban el confeti y hacer volar con un soplo las serpentinas.
Los 31 siempre marcaban finales.  Y a veces, comienzos.
Las botellas de champán se descorchaban para despedir un 2009 que a ella le había traído la paz.  Pero las noches esconden siempre resquicios de dudas, de quizás, de por qués... y se había perdido otra vez.  Ella lo achacaba al vestido de lentejuelas y a las medias que se le caían continuamente.  No hubo chistes inventados.  Ni hubo brindis al sol.  Había abrazos.  Y canciones con final feliz.  Y en lugar de que a las doce campanadas una carroza la recogiera en casa, dejo los tacones tirados en el bar y se subió a la bici.  Pedalear con el aire en la cara, a las ocho de la mañana, en minifalda, no tiene precio.  Y sino, que le pregunten al conductor del autobús que sonrío al verla pasar.
Y no sabía porque no había sido una más aquella noche.  Porque todo el mundo vino a contarle alguna historia que en un día uno de enero carecía de importancia para ella.  Porque algunos sacaron su peor disfraz para la primera noche del año.  Quizás los sueños se les habían quedado pequeños, o quizás no sonrieron con las campanadas de Telecinco, o se atragantaron con las uvas.
Ella, la Rebe, las cambio por doce almendras. Hacía años que había retado al destino.  Antes había algo rojo, un anillo en el champán, velas, clavo, incienso, deseos... ahora no había nada.  Todo lo que tenga que venir, vendrá, bueno o malo, vendrá.  Ella decidió tentar al destino una vez más.  Sin recetas, sin deseos, sin tradiciones.  Sonriendo.  Y riendo.  Sobre todo para sus adentros.  Porque pese a las nieblas, a los océanos, a que no estuvieras, a que no quiera que estés, a que estés pero no estés, a que me acuerde, a que me olvide, a que me engañes... siempre, quedará La Rebe in the city.