jueves, 31 de julio de 2014

La vida es maravillosa si no se le tiene miedo

miércoles, 30 de julio de 2014

Nadie nos dice que un día el dolor se convierte en un peso. Que el corazón se transforma en roca. Y que la pena se desvanece. Pero en el único hueco que queda en el alma, se instala un miedo eterno al vacío y la oscuridad.
Buscamos recovecos donde escondernos y lamer nuestras heridas. No se las mostramos a nadie. La vida tiene otros problemas, y generalmente, más importantes.
La vida sigue, sí, y todo se pasa, pero nadie nos dice lo lenta que avanza. Y los pocos rayos de sol que se cuelan por la cortina del deseo.
Nadie nos advierte de que volveremos a enamorarnos, aunque quizás, no queramos. Nadie nos dirá el momento, pero habrá besos nuevos, y alguno te traerá de vuelta de mi pasado. Nadie nos dirá que habrá nuevos bailes, nuevos sueños y hasta nuevas puestas de sol. Y nadie te dirá eso... Porque sencillamente, lo mejor, es lo que todavía está por llegar y ni siquiera puedes imaginar...


viernes, 25 de julio de 2014

Porque la misma confusión, que sientes tu la siento yo
Yo me limito a seguir, la ley de mi corazón...


            Y la clave una vez más, estaba en Amaral

miércoles, 23 de julio de 2014

Nunca he escrito una carta de amor (y no creo que vaya a escribirla)


Nunca he escrito una carta de amor.  Dicen que los cobardes no escriben cartas de amor, que sólo lo hacen los valientes.  Y tal vez, lo que nunca te he dicho es que no soy valiente.  Cada día me atrapan más miedos.  Al principio sólo tenía miedo a que no estuvieras, ahora tengo miedo a que te vayas para siempre.  Tengo miedo cuando de noche me despierto y pienso que nunca vas a estar conmigo.  Tengo miedo a que el mundo se siga desmoronando y que no nos coja bailando.  Agarrados.  Envueltos en un amor indestructible.

Nunca he escrito una carta de amor.  Sólo escribo cuentos de princesas que no quieren serlo, de chicas normales que quieren ser princesas.  De sapos a los que les besan y siguen siendo ranas.  De castillos encantados que se desvanecen al alba.

Nunca he escrito una carta de amor.  Una vez, como mucho, dibuje unos planos de una casa.  Odio las casas con tejado de huralita.  Nunca te lo he dicho.  Dime que nunca tendremos una.

Nunca he escrito una carta de amor.  Confiaba en escribir poemas que hicieran llorar o recordar cosas bonitas.  Sin embargo, en mis cuadernos solo hay instrucciones.  Abra este corazón, coloquelo en su cabeza y elimine su cerebro.  Con las baterías cargadas podrá escribir sonetos rimados en noche par.

Nunca he escrito una carta de amor.  Leo los textos de los champús y las cremas del baño buscando las palabras adecuadas para declararte mi amor... Keranina, rosa mosqueta, vitamina C.

Nunca he escrito una carta de amor.  Me da por andar por las calles que no conozco, y rehuyo pasar por las que tú conoces.  Salgo de casa cuando todavía no hay luces para que nadie me vea buscar tus recuerdos.  Mendigo amor en las esquinas a horas en las que nadie mendiga.  El amor es algo que sale a media tarde.  El cariño de mañana.  Y lo que yo tengo sale a horas intempestivas.

Nunca he escrito una carta de amor.  La cabeza se me aturulla y pienso como puedo decir lo único que me importa en la vida.  Escribo textos sobre logística, movimientos bancarios, deudas soberanas, campañas electorales y mensajes que nadie quiere leer.

Nunca he escrito una carta de amor.  Quiero convertirme en una de ésas chicas que podrían enamorarte.  La verdad, es que no sé que chica lo lograría.  Bueno, puede que sí.  Quiero convertirme en algo que no soy, y es algo que por dentro me concome.

Nunca he escrito una carta de amor.  Elaboró recetas para meter al horno.  Corto la cebolla y el pimiento y me rasgo las vestiduras.  Con la sal se me caen los sueños.  Derramo el aceite de oliva con algún que otro suspiro.  Colocó el pescado mientras suelto carcajadas.  Y al ir a comer, una lágrima rodea mis mejillas haciendo un giro de noventa grados.

Nunca he escrito una carta de amor.  Bebo en copa para encontrarme siempre contigo. Recorro cada etiqueta de vino sintiendo que es una montaña en la que me pierdo.  La espuma de la cerveza no me deja ver el camino.

Nunca he escrito una carta de amor.  Cada fiesta de guardar abro el diccionario y escojo una palabra.  Si ése día me llamas, la añadiré a mi vocabulario.  Si no lo haces, no volveré a pronunciarla.  

Nunca he escrito una carta de amor.  Y nunca te he dicho que te quiero.  Fue la primera palabra que salió al abrir el diccionario.

Nunca he escrito una carta de amor.  Tal vez, es que nunca me han amado.

sábado, 19 de julio de 2014

Me dijiste que te gustaba mi sonrisa. Mi forma de reír.
Y ahí estoy, intentado no sonreír siquiera. El problema es que es lo único que me mantiene a flote. 
Una putada, vamos.

lunes, 7 de julio de 2014

Echar de menos. Del verbo escocer... Dolor.