Buenos días pesadilla (Amaral)

Soñé que salía de casa
El mundo me daba la espalda
Detrás la trastienda de mi alma
Las voces de quienes amaban
Sonaban muy lejos estando cercanas

El tráfico, el ulular del viento
Sonaban ahogados en mis pensamientos
Me dije al mal tiempo buena cara
Y haciendo un alarde
Grité sonriendo

Buenos días, buenos días,
Buenos días pesadilla
Buenos días, buenos días
Buenos días pesadilla

Porque tengo mil caras
Más de mil caras
Para ponerte, la otra mejilla
Pesadilla.

Hoy es menos díficil. Y más fácil. El caer, tropezar y levantar. Y que no haya treguas. No hay nadie para brindarlo ni para mojarlo. Nadie que la abrace y le diga... Todo salió bien, como querías. Y un muro enorme invadió el espacio. Echa de menos contar historias y que ella le miré con esos ojos que cuentan millones de cosas y su sonrisa no quepa en la cara. Echa de menos que él apoye la cabeza en su hombro y espera a que le lea historias sobre como pasa la vida. Necesita volver al punto anterior. A aquel escalón en el que descubrió que no perdía el equilibrio y que podía llegar a ser feliz

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Los tal vez se amontonaban en su cabeza... Tal vez había caído en trampas. Tal vez no sabía qué hacer ni qué decir y mucho menos el momento. Tal vez había querido sin querer y tal vez había vivido sin vivir y tal vez no sabía nada de nada. Y daba vueltas, andaba en círculos y retrocedía en lugar de avanzar. Tal vez guardaba tantas cosas que era una carga demasiado pesada. Tal vez todo había sido un error. Se sentía a veces utilizada. Y creía que únicamente había sido un pasatiempo. De lo que estaba segura es que no podía seguir así y que algo tenía que cambiar

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Cosas que pienso cuando voy caminando por la calle:

Cosas que pienso cuando voy caminando por la calle:

1. Debo un vídeo a mi mejor amiga de menos de 4 años. R entró el viernes en la cocina y le dijó a su madre: podemos mandarle esto a R? Se puso a bailar y me mandó un beso. Ese vídeo me llegó al alma!

Por qué en el punto exacto de la oscuridad...

no supe más de ti.

Qué bien se respira cuando se respira tranquila, pensó.
Cogió todo el aire que pudo y cuando ya no le quedaban fuerzas lo soltó.
Recorrió a toda velocidad la distancia que la había aislado, pero se dio cuenta de que el tiempo que se ha perdido no se puede recuperar.
Se sentía lejos, cómo a años luz, y en esos dos meses en los que se había escondido, el presente había avanzado hasta convertirse en pasado.
El miedo se le clavó y se instaló junto a ella, como una cicatriz.
El alivio hizo que las lágrimas asomarán a su mirada.
Tembló.
Sintió frío y se estremeció.
Había entregado tanto de sí, que se había quedado vacía.
Siguió andando. Dejó de estar quieta. Avanzó, y saltó, creyó que podía recorrer el horizonte y recuperarlo todo.