lunes, 19 de abril de 2010

Ya no eres el chico de moda, ni me vendes ninguna moto...

Déjame vivir
Ya no eres el chico de moda
Con dos ojos como dos pistolas
Siempre listas para matar

Déjame vivir
En tu sitio ya abra otro
Que no me venda tanto la moto
Que me lleve el domingo a bailar


Déjame en paz
Ni se te ocurra decir te quiero
Que ya me morí por tus huesos
Y ahora merezco vivir

Déjame vivir
Ya conozco tus malas artes
Y ya no voy a ser más la de antes
Siempre al servicio de su majestad

Déjame vivir
No digas que te lo pensaste
Que sin mi todo es un desastre
No me cuentes tu vida chaval

Déjame en paz
Ni se te ocurra decir te quiero
Que ya me morí por tus huesos
Y ahora merezco vivir

No tenias tantas amigas
O es que nunca están sobre estas horas


Toma unas monedas
Cómprate unas pipas

Y Deja de llorar sobre mi lavadora

Y deja de decir que vas a morir

Déjame en paz
Ni se te ocurra decir te quiero
Que ya me morí por tus huesos
Y ahora merezco vivir

martes, 6 de abril de 2010

Cosas que hacen que la vida valga la pena

Ella le dijo:
Hay que barnizar la mesa de la terraza.
Él le contesto:
Vale. Ya lo haré.
Cuando ella volvió a casa, la mesa estaba barnizada.
Y la terraza llena de flores.
(Cosas que hacen que la vida valga la pena)
Verídico.

jueves, 1 de abril de 2010

Si me olvidas... Vanesa Martin

Llevo el sol de equipaje de mano;
me vine sin pensarlo demasiado.

Te imagino ahí, despidiéndome,
y se me coge un pellizco que aprieta.

Llevo la sonrisa forzada
y el alma un poquito en alerta,
porque derribaron mis botes;
quedé flotando en mar abierta.

Si me olvidas vivirás tranquilo
tendrás planes y proyecciones.

Si me olvidas no habrán remolinos,
ni altibajos de emociones.
Porque el momento de encontrarnos llegó en plena tormenta,
y aunque mis velas te buscaban mi dirección estaba quieta...

Y si me olvidas vivirás tranquilo tendrás planes y proyecciones.
Si me olvidas no habrán remolinos...

Llevo la maleta cargada de libros para no pensarte,
que dicen que cuando te observas. realmente no es lo que te sale.

Necesito sudarte como se duda un día de verano,
como el abrigo que llega a agobiarte,
cuando no consigues desabrocharlo.

Y si me olvidas vivirás tranquilo...