La Rebe in the city hoy estaba cabreada con la vida. Había decidido que estaba de paso, en su serie, donde cada día más, al guionista se le estaba yendo la olla.
Y decidió que entre tantas nubes, estaba el sol, y que aunque soplará el cierzo, siempre podía encontrar un poco de calor en algunos corazones.
Había decidido también dejar de querer a los demás, no al mundo, pero quererse más a ella. Andar descalza cuando quisiera, escribir un microcuento a través de sms con unos majarás, y mandar al quite a los plastas que le daban la brasa.
EStaba harta de penas y engaños. De mentiras. Ella sólo creía en las sonrisas.
Ojalá llegará pronto la primavera, y volviera a ir en bizi sin viento.
Quería estar con los abrazos que la llenaban, con las risas que le hacían consquillas y con los besos que la estremecían. Lo demás, quedaba fuera. Tal vez, hiciera otra serie...
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