miércoles, 29 de septiembre de 2010

Tenía todavía tanta arena de playa en las orejas que había olvidado escuchar. Cuando se la quito volvió a sonar aquella canción. Y unos sentimientos bailaron por su corazón. Decidió salir a bailar a la calle, y la Rebe in the city se descubrió a sí misma, sentada bajo un puente, mirando el rayo de sol que reflejaba justo en aquel segundo sobre la piedra beis de la orilla.
Había intensificado tanto su deseo de ser feliz, que se le había olvidado serlo con casi cualquier cosa. Pero volvió a reír. Y al mirar alrededor, volvió a comprobar que casi todos nos preocupamos de lo mismo, que todos sufrimos por cosas parecidas, y que por mucho que caigas, siempre te puedes levantar. Uno se levanta a diario, y caer, sólo lo hacemos a veces.
Entonces, se levantó y comenzo de nuevo a andar por la orilla.

No hay comentarios: