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jueves, 29 de diciembre de 2011
lunes, 26 de diciembre de 2011
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domingo, 18 de diciembre de 2011
Que el mundo es una porquería. Que todo lo que me sostenía, se ha caído o se ha esfumado o ha echado a correr.
Que me siento sola, más veces de las que me gustaría reconocer.
Que cuando me caigo, tengo miedo de no poder levantarme.
Que a veces, sin motivo, me siento en el precipicio.
Que cuando sale el sol y canta el gallo, siempre me pilla en el sitio que no debería.
Que no he sabido querer, y mucho menos quererte.
Que no he dejado que me quieran, tan sólo que me golpearán, me utilizarán y se rierán de mí.
Que todo lo que hice, lo hice por algo en lo que ya no creo.
Que me bebí venenos y miedos, que han hecho que me desangrará.
Que tengo tano miedo a que no me quieras, que no me he atrevido a que lo hicieras.
Que me duele el corazón, mil veces por segundo.
Que tal vez cuando me molesta la espalda es porque cargo tantas cosas que podría romperme en dos.
Que no me merezco, no te merezco, o no me merezcas, o me merezca algo más...
Que soy muy tonta, pero eso tal vez, ya lo sepas...
sábado, 17 de diciembre de 2011

Le daba miedo soñar. Porque las noches se convertían en una cárcel de la que no encontraba la salida. Seguía corriendo. Y se sentía tan pequeña, que se ahogaba en las gotas de rocío que encontraba al salir de casa por las mañanas.
Las noches frías le recordaban a alguien, y pensaba que nunca volvería a querer. Que las paredes que había puesto no mantenían al resto fuera, sino a ella dentro. Y quería salir, sin lograrlo.
Nadie sabía que susurraba delirios y que gritaba infortunios. Que se sentía pérdida, sola y no sabía muy bien a dónde iba. Y lo único que reconocía eran las piedras del camino, las nubes que traían lluvia y los miedos compartidos.
Era una blancanieves cualquiera, que se había atragantado con la manzana, y esperaba a aquél que quisiera despertarla....
jueves, 8 de diciembre de 2011
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lunes, 28 de noviembre de 2011
Ahora andaba perdida, buscando un buen pegamento.
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martes, 22 de noviembre de 2011
No te ha pasado nunca que al avanzar acabas yendo hacia atrás...
No te ha pasado que cuando quisiste tanto acabaste cansada, desgastada y vacía...
No te ha pasado que al principio temblabas de amor y ahora lo haces de miedo...
No te ha pasado que quisieras gritar y estuvieras callada...
No te ha pasado que de pronto te dieras cuenta de que lo único que pasa, es la vida...
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martes, 1 de noviembre de 2011
A veces me acuerdo de ti.
Cómo si una espesa culpa cubriera todo mi cuerpo.
Y me arrebatará las fuerzas.
Por eso a veces sin querer me quedó paralizada en el pasillo.
Y no veo la salida.
La inmensidad se reduce a la mínima expresión y todo me parece aburrido.
Te echo de menos. Cómo una amante extraña los besos a los que se acostumbró un día.
Me acuerdo de ti. Cómo si supiera que nunca volverás a encontrarme.
Delirios, temblores, y alguna que otra lágrima.
Recuerdos, caricias, y besos escondidos.
Hago que el tiempo siga avanzando, pero en realidad estoy quieta. Tan quieta que no notó que el mundo alrededor cambia, o si lo noto, hago cómo si no me afectará.
Y lo que no sé es que mi corazón ha explotado, ha quebrado, llevándose consigo todo el amor que había. Los amores se quedaron paralizados y no hay manera de seguir hacía adelante.
A veces te echo de menos. Pero pienso que finalmente todo se ha cumplido. Te cansaste de mí, cómo si fuése un jersey viejo que lo único que puede hacer es esperar antes de ser arrojado a la basura.
Me cansé de esperar, y ahí sigo, buscando en las estanterías de oportunidades...
viernes, 21 de octubre de 2011
Terror, nunca más
¿Se termina el terror y el dolor? ¿Puede alguién creer a aquellos que nos han golpeado dónde más duele? Qué han causado el miedo y el odio para no lograr nada. O sí. Para lograr unir al resto. Me gustaría que en ese comunicado nos hubieran mirado a los ojos, que ése fín venga sin condiciones. Que nadie juegue con la paz, y que nadie haga brindis al sol. Que el terrorismo no entré en la ploítica y viceversa.
La memoria está presente, y sobre todo la de las más de ochocientas víctimas. Me hace sonreír un pensamiento: que Lucas no sepa nunca que su padre tenía que cambiar de itinerario para ir al trabajo. Que no sepa cómo eran las miradas o el silencio que nos invadía tras un atentado. Tras un tiro en la nuca. Tras una tregua rota...
Memoria y nada de pagos. Y fuera capuchas, que nos miren a los ojos. Es lo que necesito para creer en las palabras de aquellos que creyeron que el terror era la salida.
Gracias a aquellos que han hecho que llegaramos aquí. A todos. Especialmente a algunos y espero que no hagan que me arrepienta.
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jueves, 20 de octubre de 2011
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viernes, 14 de octubre de 2011
Pero una noche las dudas se esfumaron. La luna debía de brillas más que nunca. Y volvió a quererse.
Por eso, aquella mañana, salió a la calle. Pisoteó sus miedos y las debilidades que la acechaban. En la calle el sol golpeaba con fuerza. La calle olía a flores. Y su corazón, rocoso, dejó de pesarle en el pecho.
Ya no le daba miedo que no la quisieras. Porque no sabía siquiera lo que quería.
Pensaba que debía beber más agua, porque así, quizás déjase de sentirse como un pez fuera del agua.
También pensaba que si deseaba algo con todas sus fuerzas, sucedía. Pero veía nacer en alguién a quién quería con locura la felicidad y olvidaba sus planes. Ella no tenía la culpa de ser un alma inquieta que caminaba sin saber muy bien donde iba a ir a parar. Pero cuándo más perdida estaba, se encontró una noche a aquellos que la querían y sintió que todo, incluso el mundo bajo sus pies, dejaba de temblar.
lunes, 26 de septiembre de 2011
Ni una lágrima derramó. Porque ni eso merecías. Pero mentía cuando a veces explicaba que le daba igual. No era así. Y el corazón rocoso, temblaba. Era escasas veces. Pero lo hacia. Tal vez para que ella recordara que existía. Si ella estuviera, la abrazaría. Y los problemas, los miedos correrían a esconderse en aquel lugar del que no habia salida. Ella mientras, solo luchaba por seguir en pie.
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jueves, 22 de septiembre de 2011
Las hojas no se marchitaban, pero se caían del árbol. El sol brillaba con fuerza aunque fuera otoño. Los corazones sudaban por las altas temperaturas y de noche temblaban con más fuerza que nunca.
No entendía nada.
Y su corazón débil se entregaba con fiereza para recibir después golpes inacabados.
No había estrellas en el cielo, nadie alrededor, y el vacío giraba como una gran noria.
Quería gritar y no le salían más que susurros.
No entendía nada.
Y necesitaba cada vez más, que alguien la sujetara por el brazo y le dijera que nada malo pasaría. Que todo saldría bien. Lo repetía en voz alta como si fuese un cuento cada vez que se despertaba en plena noche.
No entendía nada.
Todo en lo que había creído se caía como unos naipes usados por el tiempo. Todos en los que creía se acababan rindiendo, desaparecían o huían. Y aquello que le daba miedo se colocaba en su garganta.
No entendía nada.
Todo el tiempo invertido se diluía como la pintura contra la pared. Los desconocidos la paraban por la calle, y no conocía a nadie en las fotografías de la pared. Sin presente. Sin pasado. Sin futuro. Y con un montón de recuerdos que hablan de ti.
No entendía nada.
No se creía mejor que nadie, o mejor que ella. Pero tampoco peor. Y no entendía que no la hubieses querido, que la hubieses engañado, que la utilizarás y que la engañarás. No entendía nada. Y tampoco sabía si lo quería entender.
martes, 20 de septiembre de 2011
jueves, 15 de septiembre de 2011
De acuerdo.
¿Me quieres?
Si te digo que sí mentiré, si te digo que no te haré daño...
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lunes, 12 de septiembre de 2011
Pero los sueños rotos le pesaban más que las vajillas que nunca rompería. Aunque lo que más le pesaba, lo que le ahogaba al caminar eran las decepciones. A veces se olvidaba de no esperar nada. El problema lo tiene la esperanza, que era junto a la fuerza, lo que durante años la habia sacado adelante.
Y ahí estaba otra vez. Sintiéndose sola y cantándole a la luna serenatas de balcón.
Las traiciones le pesaban, pero más, que la gente fuera egoísta. Que se apoyarán en su hombro para llorar, y cuando llegaba el momento de sonreír lo hicieran para otro lado. Ella solo esperaba ya que alguien llegara y le diera un beso. Que la abrazara y le dijera te quiero; pero que esta vez fuese de verdad, o que al menos durara más que una mala resaca.
Se quedó quieta, recordando un beso. El problema, era que seguía allí. Quieta. Suspendida no sabia si en el vacío o en el aire...
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domingo, 4 de septiembre de 2011
Fuera soplaba el viento, que intentaba dar una pequeña tregua al intenso calor de los últimos días.
Se sentía atrapada y paralizada, y así no podía seguir.
Quería tejer una red tan fuerte que nada ni nadie la rompiera. Y no se atrevía a decirle que si no lo acababa de querer era porque lo quería, y porque le daba un miedo atroz que pudiera hacerle daño.
Quería decirle que no debía quererla porque siempre dejaba el bote del champú abierto. Porque acaba comiendo más de una vez cosas caducadas. Porque no le gustaba la sopa, y eso que alguna vez le había recordado el mar. Porque una vez soñó que bailaba tanto que se agotaba, y otra vez que caía con un coche al agua y no recordaba si lograba salir fuera o no. No quería que la quisiera porque siempre se dejaba algo en el vaso, nunca lo apuraba. Y porque le gustaba el agua fría aún en invierno. Y porque siempre sonreía, incluso aunque por dentro estuviera revuelta. Y aguantaba los llantos, hasta que una imagen tonta o una canción le hacían derramar alguna lágrima. Y no quería decirle que con él todo era más fácil. Y que el día que no lo veía era más triste. Y no quería decírle todo esto, porque tal vez, en lugar de ser los motivos para no quererla, tal vez, fuesen para quererla.
Cogió la carta y la rompió en pedazos.
Tal vez saliese a dar un paseo.
Aunque fuera noche cerrada.
sábado, 3 de septiembre de 2011
miércoles, 31 de agosto de 2011
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viernes, 26 de agosto de 2011
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viernes, 12 de agosto de 2011
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miércoles, 10 de agosto de 2011
sábado, 6 de agosto de 2011
Te quise para creer que el mundo me quería. Creyendo que en tus brazos todo pasaría. Que acabaría el miedo. Pero todo acabo. Aunque duela. Y ahora solo quiero fiarme de un quizás, y de paso, de una margarita pocha que lucha en un jarron del ikea por no marchitarse. Quiero jugar limpio con él. Pero no aprendí a ganar y continuamente juego a perder. Si tal vez llegara una tregua, yo también podría drjar de huir, dejar de perderme y dejar que por fin, me encuentre.
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lunes, 1 de agosto de 2011
Que la habían dejado sola.
Lo supo cuando comprobó que en el buzón no había más que facturas. Que en el correo electrónico no había rastro de ti. Que habías pérdido su teléfono y que ni siquiera le habías mandado un mal chiste el día de su cumpleaños.
Si alguien que ha compartido contigo un período de vida, no te felicita, se puede decir que ya finalmente todo ha acabado.
Ella suponía que sí. Y por eso, creía que sentía ese vacío con el que se había despertado en la última mañana.
En el sueño desterrado, había dejado una margarita, un saco de dormir, y un ligero temblor.
Si tuviera tiempo se compraría un obón, y tocaría serenatas tristes a la luz de una vela. Pero como carecía de oído, se dedicaba a escribir textos absurdos para intentar explicar lo que sentía cuando el otro él se marchó sin más.
Recorría el mundo saltando de baldosa en baldosa para no pisar los momentos que quedan en suspenso en el aire, y lo único que sabía era pelear. Pero creía, que estaba cansada.
Habría querido salir corriendo, no por el mero hecho de correr, ni por huir, sino por sentirse libre. Sin embargo, algo más fuerte que ella misma la ataba y no conseguía saber que era.
Tan sólo quería ponerse delante de otro él y decirle ¿por qué ya no me quieres?.
Tenía que asimilar que no siempre se gana, y que tampoco se pierde. Hay veces que no suceden ninguna de las dos cosas, tan sólo que el tiempo se posa sobre las cosas y hace que todo quede quieto. Que las vidas avancen, mientras que ella se paralizaba.
Tan sólo le gustaría coger a otro él y retarle a un duelo. Beberían chupitos hasta el amanecer, y ella le preguntaría una a una todas las dudas que tenía. Desde donde empieza el mundo, donde acaba el cielo, cuánto quema el sol, si en la luna viven elfos negros, si alguna vez la quiso o si sólo la utilizo cuando a él nadie lo quería.
domingo, 31 de julio de 2011
Todos pueden pensar que tras este plantramiento, la chica al bajar habría marcado su número y por fin desatar su garganta y decirle: hola te quiero te echo de menos.
Sin embargo, ella, que parecía valiente y cada vez lo era menos, se habia encerrado de nuevo para intentar dejar de notar el vacio que dejaba su ausencia. Pensaba que de ese modo no sentiría el dolor, pero una vez más, se equivocaba.
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martes, 5 de julio de 2011
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lunes, 4 de julio de 2011
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jueves, 30 de junio de 2011
Caer y levantarse.
Axpirar con fuerza.
Un sueño que no acaba.
Una mañana de domingo.
Un paseo de primavera.
Un helado de limón y café.
Bailar hasta morir.
Reír a carcajadas.
Tener cosquillas.
Cantar y contar.
Vivir...
Pero yo, en realidad, me olvidé del último beso que me diste.
Nunca pensé que pudiera ser el último, el definitivo, el que hiciera que no volvieras.
Y no lo recuerdo.
Yo, en realidad, no sé todas esas cosas del amor, yo sólo sé quererte a ti...
miércoles, 29 de junio de 2011
Triple. Combinación. Ecuación.
Realidad o ficción.
Si amigas.
Nos encantan los zapatos. Los coleccionamos. Fetichismo. Nos gustan, los cuidamos, los queremos. Nos ayudan en el día a día. Nos hacen sentir más seguras. Nos enamoramos de ellos. Como los hombres.
Nos hacen daño. Dejan de gustarnos. Incomodan. Duelen. Reprimen. Nos cansan. Algunos acaban por matarnos e incluso por ellos podemos caer. Como los hombres.
Y a veces, tenemos el par perfecto. Nuestro preferido. El ideal. Pero el tiempo pasa, desgasta, y aunque no queramos quitarnos esos zapatos, llega el momento en que hay que hacerlo. Caminaremos sobre otros o incluso, descalzas. Pero caminaremos, solo se trata de seguir avanzando.
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viernes, 24 de junio de 2011
Que prefería beber frío, incluso en invierno. Y que la leche le gustaba muy caliente.
Que vestía de negro por que su estado de ánimo casi siempre era lumínico. Pero que sin embargo, a veces se apagaba como una vela, que necesita que vuelvan a prender su llama.
Le gustaría decirle que se sabía miles de canciones, aunque cantaba fatal.
Que una vez hizo un bizcocho perfecto, y que después todos habían salido mal.
Que soñaba de pequeña con ser princesa, y que ahora sólo soñaba con echar a correr.
Le gustaría decirle que a veces sentía que todo era culpa suya. Y que otras, la marea le llevaba tan lejos que parecía desaparecer.
Quería decirle que le gustaría abrazarlo todos los días. Que en ocasiones miraba la luna buscando respuestas, y que una vez se quedó parada, más de una hora, mirando el surco de un río.
Que necesitaba escaparse a las montañas porque era la única manera que tenía de sentirse anclada a un mundo que se le escapaba por todos los lados.
Le gustaría decirle que su interior estaba tan revolucionado, que sentía que todo era plano.
Que cuando quería salir a buscarlo, nunca lo encontraba. Y que a veces, había deseado cosas horribles. Que no era tan buena como parecía, y que no siempre había sido feliz. Que también hay veces en que nadie la puede parar, y que se hace daño porque así nadie se lo hará a ella.
Le gustaría decirle que con nadie se sintió más segura. También le gustaría decirte que a veces tiembla, sobre todo, los días oscuros y las fiestas solitarias.
Que cuando sale el sol y le da en la cara, viaja lejos. Que si se queda sin voz es porque no puede decir algo que le gustaría decir.
Y que si no te dice que te quiere, es porque es gilipollas.
miércoles, 22 de junio de 2011
Tú en la mitad sombría y yo esperando un resplandor
Estos días tontos, de mucho curro un rato y de parón otros, dan para que puedas investigar...
Necesito que me dejes en paz.
Me da igual que la gente lea lo que cuentas sobre mí.
Sobre historias que te inventas.
Lárgate ya y yo seguiré mi senda.
Tú con tu caminar, y yo en otro planeta.
Como líneas paralelas.
No hay nada de nada, nada de nuestras vidas.
Nada en común, como de la noche al día.
Tú en la mitad sombría y yo, esperando un resplandor.
martes, 21 de junio de 2011
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lunes, 20 de junio de 2011
Se sienta, y permanece quieta cuando en realidad quiere echar a correr.
Y tiembla y llora y deja de soñar.
Anclada, zozobra en sus dudas sin comprender nada.
Un día salió a la calle y creyó haber dado con todas las respuestas. Sin embargo cuando a los días despertó comprendió que se le habían esfumado todas las preguntas.
No se encontraba y hasta la sombra le rehuía.
Si fuese capaz de saltar podría cambiar las cosas. Si supiese nadar no se ahogaría. Y si pudiera gritar, sabe que solo diría dos palabras...
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domingo, 19 de junio de 2011
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jueves, 16 de junio de 2011
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domingo, 12 de junio de 2011
sábado, 11 de junio de 2011
Y se engañaba asegurándose a sí misma que así sería.
Pero la realidad, es que estaba allí, parada, en el borde de la cornisa.
Si daba un paso hacía adelante, se podía caer.
Si se quedaba quieta, seguiría pendiente, colgando de un hilo, o de tus manos.
Y si lo daba para atrás, cerraría la puerta para siempre.
No sabía con cuál de las tres cosas quedarse.
Y eso, para alguién que presume de tener todo controlado era un problema.
Lo bueno era que aunque le gustaba huir, está vez no lo había hecho.
Lo malo era que nadie lo había entendido. Ni siquiera ella misma.
Pero lo cierto, es que aún en las peores situaciones, sabía seguir adelante.
Porque había pasado cosas peores. Y siempre, las había vencido.
Por eso, tocó el suelo, y sonrió al pensar, que en la vida, las mejores cosas son las que no se ven venir... aunque no le convenciera del todo.
viernes, 3 de junio de 2011
No sabía si prefería los hombres que están dos días y se van, o los que nunca están pero siempre están, o los que estuvieron, quieren estar y nunca encuentras.
En ello andaba pensando todo el día. Mientras andaba subida a una nube que quería viajar lejos. Y le llovían los sueños sobre su cabeza, y caían rodando por la tierra. Tenía más miedo al compromiso que a las serpientes que a veces aparecían en sus pesadillas. Y los nudos en la garganta la ahogaban hasta dejarla sin cantar.
Quería escribir una historia que el mundo se creyera, y que él escuchará atentamente y que ella supiera de memoria. Pero lo único que podía hacer era mantener diálogos inventados con él, sin que estuviera. Porque cuando estaba no le salían las palabras. Y no sabía si le dolía más que la olvidará, que la recordará, o lo decepcionada que se sentía por haber pensando que tal vez el mundo tenía razón, y la que se equivocaba era ella. Aunque una vez más, parecía tener razón.
martes, 24 de mayo de 2011
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viernes, 20 de mayo de 2011
Bailar con una orquesta...
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martes, 10 de mayo de 2011
3 Y 4
3. muchos kilómetros, pero millones de risas. Casa Juan. Castejón de Sos y la primavera pirenaica. Carretera de la muerte. Aínsa. Actos frikis.
4. Cerca, aunque lejos, no cerca. Capital. Paseo por los autos de choque.
sábado, 7 de mayo de 2011
viernes, 6 de mayo de 2011
jueves, 5 de mayo de 2011
lunes, 2 de mayo de 2011
jueves, 28 de abril de 2011
lunes, 25 de abril de 2011
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sábado, 23 de abril de 2011
La eternidad

La Rebe in the city había olvidado lo que era.
Y eso, generalmente, suele ser un problema.
Pero un 23 de Abril, día del libro, de Aragón y de los jorges universales, había recuperado el rumbo.
No sabía si había sido caminando bajo la música, con un bizcocho bajo el brazo, por la Plaza del Pilar, en una mañana solitaria de un día festivo. O si había sido caminando por los jardines presidenciales con una mujer sabia. O tomando un vermú con gente que tiene algo que contar, y que sonríe. O tal vez, simplemente, había sido así sin más.
Se le había olvidado que ella, ella, era una princesa. Que jugaba en otra liga. Que era fantástica. Sensacional. Y que tenía miles de cosas que contar, que ofrecer, y que sobre todo, merecía que le contarán cosas y que le ofrecieran más.
Se le había olvidado que con los tacones podía ser inacabable. Que sin embargo, la vida no se acababa si tú no estabas. Y comprendió, que la vida se le estaba acabando porque ella no estaba.
Se había empeñazo en sentirse vacía, aún cuando no lo estaba.
Se le había caído el disfraz que se había colocado y se dió cuenta de que quería gritar todo lo que había callado. Y que tal vez, no te necesitaba, o que te necesitaba. Pero lo cierto, es que podía gritarlo. A los cuatro vientos. No te enterarías, y a ella, lo cierto, es que tal vez, le diera igual.
No iba a estar sentada esperando. Se había quedado quieta. Había tenido miedo. Se había callado. Había pérdido todo lo que tenía. Hasta que un día abrió los ojos.
Todo lo que antes había servido para creerte, para quererte, ahora servía para dejar de hacerlo. Y aunque doliera, sabía, que todo seguiría hacía adelante.
Gritar. Con fuerza. Se había dado cuenta de que se había secado hasta quedarse sin una gota por dentro. Y entonces, alguién la roció una mañana. Le tendió una toalla y le dijo, adelante.
Ella se levantó. Tiró la toalla, y se tiró a la piscina.
Porque una princesa necesita algo más. Y porque alguién especial, necesita algo especial. Y da igual que venga envuelto en papel de albal o en seda. Lo único que quiere es que la quieran, y que la eternidad sea que quién desayune con ella, también lo quiera.
viernes, 22 de abril de 2011
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jueves, 21 de abril de 2011
Temblamos sin temblar. Tememos lo que tenemos alrededor, y en el futuro vemos un vacío oscuro y negro.
Pero esas veces, suena el móvil y alguien te rescata. Y a veces, esas veces, tienes al lado a quien tiene que estar y dejas de sentir esa soledad. Son pocos, y a veces no son los que habrías pensado, pero están. Y gracias a ellos, vuelves a sonreír. Primero para dentro y después a voz en grito.
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jueves, 14 de abril de 2011
Demasiada pena
Demasiado amor
Demasiados celos
Demasiados besos
Demasiados sueños
Demasiados abrazos
Demasiados golpes
Demasiados temblores
¿y cuándo es demasiado para soportarlo?
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miércoles, 13 de abril de 2011
Tal vez conmigo.
Quizas no merezca ser feliz, pero el mero hecho de intentarlo me da vida.
Y no derrumbarse es díficil.
Por eso, deje de llorar.
Por eso, tal vez, nunca me llegues a conocer del todo.
Solo pude ofrecerte un corazón seco, rocoso, pero que en cuanto te alejas comienza a temblar.
Tal vez tú fuiste quién se equivoco conmigo.
Tal vez, me marche.
Tal vez, nunca vuelvas.
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martes, 12 de abril de 2011
lunes, 11 de abril de 2011
Se pone los tacones para estar por casa, y sueña que vuela, y baila y corre como una tonta cada vez que suena el teléfono.
Y bebe, sin parar, y va al baño. Cree que si se vacía, que si pierde todo el liquido tu presencia o tu ausencia desaparecerán.
Pinta sus uñas de rojo, como si la sangre brotara de sus dedos. Tiene miedo a empezar a llorar y no parar nunca. Lo único que le gustaría es que la abrazaras. Pero eso ya no sucede y tan solo puede nadar, intentar seguir a flote aunque en este momento apenas encuentre motivos. Se siente sola y no sabe como decírtelo.
Creyó que si escribía un cuento todo pasaría, volverías, susurrarías alguna vieja canción y traerías mil armas para que comprendiera que puede hacerlo. Que puede nadar y tal vez, cruzar el océano. Lo único que quiere sabe ahora, cuando ya no estas, es que puede hacer para no ahogarse.
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sábado, 9 de abril de 2011
Oído en la calle
¿hablamos de amor?
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martes, 5 de abril de 2011
domingo, 3 de abril de 2011
Se encontraba a oscuras y un peso hondo que la ahogaba por dentro.
Y aunque la idea de ser un mostrador de el corte ingles pudiera parecer una mala metáfora cada día le parecía mejor.
No le quedaba tiempo para tonterías. Se aburría oyendo las mismas estupideces y ya apenas rompía en carcajadas. Te echaba tanto de menos.
Andar con un corazón de piedra y resquebrajado no es fácil. Solo quería que la abrazaran y le dijeran, estoy aquí.
Porque aunque todos pensaban en lo feliz que era, en la multitud de amigos que tenia, y en lo mucho que sonreía, ella no podía evitar a veces sentirse sola y echar a temblar. Aunque en realidad quisiera correr. A toda velocidad. Lejos.
La salvaban los rayos de sol. Pero le dolía haberse vuelto a equivocar. Sentir que no estaban cuando los necesitaba.
Otra vez se le había olvidado que le recetaron no esperar nada. De ese modo la piedra del corazón nunca se sentiría utilizada, rota o decepcionada.
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martes, 29 de marzo de 2011
Coinciden en bocas de distintas personas.
Estás triste.
Rompes corazones.
Diálogo de una cafetería. Mitad de una mañana de martes cualquiera. En una ciudad cualquiera.
- Es que vas por ahí rompiendo corazones (le dice él)
- ¿Nadie os habéis parado a pensar que la que tiene el corazón roto soy yo? (ella)
lunes, 28 de marzo de 2011
¿También tú me lo preguntas?
Se te nota
Pues no
Sí
Bueno, no sé
Tal vez
Sí, tal vez.
Al menos sonríes
Siempre sonrío
Pero lo haces sin fuerzas
Es que noto como si me cercase un vacío
Habla. Diselo.
Lo sé
¿No puedes?
No. Me quede sin palabras. Sin hueco.
Entiendo
Y te echo tanto de menos...
Pues por eso deberías aprovechar
Ya no me queda espacio. Sé que lo quiero pero no con cuanto corazón lo quiero.
domingo, 27 de marzo de 2011
jueves, 24 de marzo de 2011
Un día cualquiera
Aquella noche no fue distinta. Todo siguió su curso. Hasta que la copa que sujetaba en la mano se le cayó al suelo. Las margaritas se mustiaron. Y el cactus murió.
Había sido muy tonta. Tan tonta, que creyó que igual la habías querido. O que al menos, en algún momento, la habías necesitado. A veces aún lo duda. Aunque cada vez está más segura de que tan sólo fue un embrujo de la noche.
Ahora lo único que quiere es saltar. Bailar como una loca y cantar a voz en grito. Calzarse los tacones. Ponerse unos pedientes, y pintar sus labios. Quiere besar sin parar. Pero lo cierto, es que los primeros besos que no fueron tuyos le dolieron. Los siguientes empezaron a cicatrizar sus heridas, y ahora, sólo recuerda un beso.
Pese a todo, de vez en cuando, sonríe para adentro. Lo hace porque sabe que un día, uno cualquiera, un escalofrío recorrerá tu espalda, y sabrás que te equivocaste. Un día en el que no sea ella la que abra la puerta, la que te agarre para no caer, la que te sujete, la que vigile tus sueños, la que te regale un cuento, o la que te cuente cualquier chiste malo. No será ella. Y no la reconocerás en otros ojos que te miren, porque no habrá ninguna mirada que sonría como la de ella. Y entonces, comprenderás, que pudo ser lo que mejor que haya pasado, o que te hubiese pasado, o que te habría pasado... Entenderás, que ella no sabía conjugar verbos, pero podía volver presente cualquier pluscuamperfecto.
lunes, 21 de marzo de 2011
Un maestro
Esa vida que a veces pasa a nuestro alrededor y ni siquiera miramos. Esa vida que puede sorprendernos para bien y para mal.
Nos ha dicho que se nos ha olvidado que lo importante es contar. Contar lo que contamos. No a cuantos se lo contamos. Y que nos preocupamos tanto en contar a cuantos se lo contamos, que lo que contamos ha dejado de importar.
Ha hablado del derecho a ser informado. Del derecho a informar. De la obligación de la verdad.
De que lo importante no es quien me cuenta que se ha metido un gol, sino quien lo ha metido. Que nos hemos olvidado de las personas.
Ha hablado de la profesión, no tan idílica como ustedes se imaginan. De la radio. Y de todo lo que engancha.
De lo difícil que es ser mujer. Ser madre o periodista. De ese mundo ideal en el que conciliar sea real.
Ha hablado de lo importante que es quien te rodee. No madrugar, sino quien te facilita hacerlo.
De que cuando todo esto pase, veas a tu pareja al lado y sepas din lugar a dudas, pese a los silencios o los vacíos, que donde querrías estar es allí, a su lado, y no en otro lugar del mundo cualquiera ni con cualquier otro al lado.
De esta crisis. De este cambio de ciclo que todos notamos. El que se apaga y el que comienza. De los miedos. De lo que nos atenaza, tambalea, y de seguir adelante.
Ojalá todas las primaveras, sean como hoy aunque el mundo se tambaleé. Hay unos cuantos brazos dispuesto a sujetarlo.
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sábado, 19 de marzo de 2011
Y cuando el cuerpo se rebela, te pide que parea y pongas un poco de orden... Y llega la explicación. La vida es muy lista y a veces le desorganizas los planes. Nunca es tarde. Si me quisieras... Me dedicaría a desordenarle los planes al destino.
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jueves, 17 de marzo de 2011
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martes, 15 de marzo de 2011
Lágrimas del cielo
Los súbditos enloquecían presos del amor. Las penas bailaban al compás del viento. Los gritos eran las nanas que acunaban en los sueños. Arañas gigantes ascendían por las montañas verdes y por las praderas se arrastraban las mariposas.
La Princesa había vuelto, pero no como antes.
Apenas le quedaban ya sonrisas y las fuerzas se habían ido escapando por su garganta a través de pequeños suspiros.
Estaba allí, pero no como antes.
Sus botas preferidas se habían roto y no podía ya caminar por los charcos. Los pares de zapatos andaban solos por el mundo. Cojeando. Renqueando.
Había regresado. Pero no había traído el sol tal y como prometió al reino.
Las nubes se habían ido colocando sobre el cielo, formando una barrera inquebrantable. Busco sueños para intentar tener un motivo por el que levantarse cada mañana. Y se los arrebataron.
Estaba allí, pero no era lo mismo.
En la soledad, intentaba contar las partículas de polvo que flotaban en el aire. Quería matar el tiempo, antes de que éste la matará a ella.
Nada era igual. Ya no.
En su mente se amontonaban millones de palabras. Temblaba al sentirlo lejos. Pero también lo había hecho cuándo él estaba cerca.
No podía llorar. Y lo que nadie en el Reino sabía, era que el cielo se encapotaba porque ella no podía llorar. La lluvia que caía del cielo eran sus propias lágrimas. Todas las que la Princesa era incapaz de derramar.
lunes, 14 de marzo de 2011
domingo, 13 de marzo de 2011
Él puso a su nombre todas las olas del mar
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jueves, 10 de marzo de 2011
miércoles, 9 de marzo de 2011
Si pasaba 41 horas sin verte, su mundo se detenía. Se borraban sus sonrisas y olvidaba todas las canciones.
Por eso salió a la calle dispuesta a comprobar si era cierto. Tal vez, la habías olvidado. Se calzo unos tacones y anduvo por el río. Desando los pasos que había dado desde la última vez que te vió. Cruzo ambas orillas e incluso llegó a tocar el sol. Nadie te había visto.
Ella empezó a sentirse pequeña. Le daba miedo llorar. Creía que con la cuarta lágrima correría el riesgo de ahogarse. Embalsamo su corazón, y lo guardo entre algodones por si un día decidías regresar.
Sin querer se volvió a dormir. Al despertar solo noto el calor de tu ausencia. Y una triste estrella que cayo del cielo cuando le diste el último adiós.
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viernes, 4 de marzo de 2011
Por eso es tan difícil que ocurra...
Y que ocurra bien
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miércoles, 2 de marzo de 2011
Y pensó que era algo premonitorio.
Se caducó como los yogures.
Cuando un día quiso hacer uso de él, estaba ya mustío.
"No quiero cantos de sirenas. Ni nudos en la garganta.
No quiero bailar con la pena, porque me da miedo pisarla.
No quiero saber de lo que hablo.
No quiero andarme por las ramas.
No quiero saber por diablo lo que por viejo se me escapa"
Y pensó, lo que hay que ver y oír...
sábado, 26 de febrero de 2011
jueves, 24 de febrero de 2011
Sueños
Su compañera se iba con las chicas a por algo que faltaba y así se quedaban los dos. A la espera.
Sonaba el teléfono, id saliendo, que ahora os cogemos.
Ellos, con más vergüenza que ganas, se iban al coche del chico. Subían. Silencio. Uno a cada lado.
Y de pronto él paraba.
- Quiero ser titular.
Ella lo mira sin entender nada...
- qué quiero ser titular!
Silencio.
- Joder que no sé como decirlo, que no quiero ser suplente en tu vida.
Ella no sabe que contestarle. Se callan.
Se besan.
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He pensado que de este modo, siempre tendrías una puerta abierta. Por si algún día decidías regresar.
Si sólo pasarás por aquí.
Dame un segundo.
Dame lo que te sobra de un beso.
Dame las palabras que se quedan en tu boca.
Dame lo que dura una mirada.
Dame el abrazo que se quedó en el aire.
Dame al menos, al menos, todo eso...
Y yo, seguiré adelante.
lunes, 21 de febrero de 2011
Ella se giro sobre sus pasos. Volvió a su altura y lo agarró del brazo.
El problema es que me he enamorado de ti. Pero tranquilo, me caes demasiado bien como para hacerte esa putada.
Y tras esas palabras echó a andar bajo la lluvia.
Lo dejó allí. Anclado. Pérdido. Preguntándose si tal vez a él no le pasara lo mismo.
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domingo, 20 de febrero de 2011
Por fín había entendido Que se merecía gastar el tiempo con alguien Que la quisiera y a quién le importara...
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sábado, 19 de febrero de 2011
jueves, 17 de febrero de 2011
Hasta otra
y de momento,
ya no lo sentía sobre sus hombros...
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sábado, 12 de febrero de 2011
El 10% de la población mundial, unos 650 millones de personas, no se besa nunca
Esto es mucha gente, muchos corazones solitarios, muchos corazones rotos, muchos sentimientos ahogados, mucho amor en vasos de chupito...
Por eso, desde aquí, os digo, si llego a Presidenta, todo el mundo a besar a todo el mundo. He dicho.
Granos de arroz

La Rebe in the city creía que todo se debía a un sueño que tuvo una vez.
Lo suponía, porque segura, ya no estaba de nada.
Había soñado que tú le habías dicho, si logras contar cuántos granos de arroz hay en una tarrina precocinada de Brillante, te querré para siempre. Y así fue. Cómo una loca había comenzado a contar un grano, y otro grano, y otro, y otro, y otros dos, y tres, y cuatro, pero siempre cuando se acercaba a los últimos que quedaban pegados en las paredes del recipiente, ocurría algo. Un maremoto, un seísmo al otro lado del mundo, llegaba un mensaje al móvil, o sonaba el timbre de la puerta. La vecina de arriba saltaba como una loca sobre su cabeza, o se encendía por sorpresa la lavadora, o simplemente, dejaba por un microsegundo de pensar en ti y se preguntaba qué hacía contando granos de arroz.
La Rebe in the city era la niña que más reía en la guardería. La niña con la sonrisa más bonita. Y creció, y siguió siendo así. Pero de repente un día había dejado de reír tanto como antes. No es que no lo hiciera, pero guardaba todas las sonrisas para soltarlas cuando tú estuvieras presente. Aunque ni siquiera estaba segura de que existas.
La Rebe in the city había pérdido su corazón. Te lo llevaste envuelto en niebla una noche de invierno cuando le dijiste te quiero al oído. Y ella se había quedado allí. Quieta. Parada. Con un gran vacío en el pecho.
La Rebe in the city tampoco sabía a ciencia cierta si te quería. En realidad no sabía ni quién eras, ni si existías, ni si te encontrabas allí con ella, o hacía semanas que habías volado o desaparecido para no volver a aterrizar a su lado.
La Rebe in the city estaba segura de una cosa. Sólo con ella ibas a ser realmente feliz. Y eso no significaba algo malo o bueno, o mejor o peor para ella. Podrías estar con cualquiera, eso no era el asunto, pero lo cierto, es que ella sabía y sentía y casi sospechaba que tú también lo sabías, que sólo con ella serías feliz toda la vida. Y por eso, a ella a veces le daba pena. Porque podrías ser feliz, porque lo tuviste cerca, porque lo rozaste con las yemas de los dedos, porque llegaste a abrazarla, pero la historia se había acabado. O al menos, a este punto y seguido, estaban a punto de cambiarlo por un punto y aparte.
viernes, 11 de febrero de 2011
Aunque a veces la engañarán
Y sabía leer.
No los libros, eso lo sabe hacer cualquiera, sabía leer a la gente
Alessandro Baricco
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miércoles, 9 de febrero de 2011
martes, 8 de febrero de 2011
viernes, 4 de febrero de 2011
Llevo tu corazón
1894 - 1962 poeta, pintor, ensayista y dramaturgo estadounidense
Llevo tu corazón conmigo,
lo llevo en mi corazón.
Nunca estoy sin él
donde quiera que voy, vas tú
amada mía,
y lo que sea que yo haga
es tu obra.
No temo al destino,
ya que tu eres mi destino.
No quiero ningún mundo,
porque tu eres mi mundo, mi certeza.
Y eso es lo que eres tú.
Lo que sea que una luna
siempre pretendió,
lo que sea que un sol quiera ser.
Este es el secreto más profundo
que nadie conoce.
Esta es la raíz de la raíz,
el brote del brote,
el cielo del cielo
de un árbol llamado vida,
que crece más alto
de lo que el alma puede esperar
o la mente ocultar.
Es la maravilla que mantiene
a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón.
Lo llevo en mi corazón
jueves, 3 de febrero de 2011
"Cuando el primer niño rió por primera vez, su risa se rompió en mil pedazos que saltaron por los aires en todas direcciones, y así fue como aparecieron las hadas. Por eso debería haber un hada para cada niño y cada niña. Aunque hoy en día los niños saben tantas cosas que dejan de creer muy pronto en las hadas"
martes, 1 de febrero de 2011
Así de fácil
Y alguién te contesta: te quiero más
Así, sin más, te reconcilias con el mundo.
lunes, 31 de enero de 2011
domingo, 30 de enero de 2011
Corazón Rocoso (I)
Se la solía quitar para evitar dolores. Mal de amores. Angustias. Porque no es muy recomendable para la salud ir con una piedra por ahí dentro. Se había hecho añicos su corazón real y le habían recomendado esta solución. La noche en que lo introdujo fue la más dolorosa.
Nervios. Escalofríos. Dolor. Miedo.
Después las noches y los días se fueron sucediendo. Sin alteraciones. De vez en cuando, olvidaba la piedra dentro del corazón, y esto le producía alguna que otra sorpresa. Con la piedra pensaba que nada le podía hacer daño. Pero era mentira.
Aún con un corazón de piedra, había sufrido. Había querido. Había odiado. Había amado. Había olvidado y como no, había recordado. Con un corazón de piedra pensaba que no podría soñar, pero soñaba, y estaba casi convencida de que si se lo proponía podría incluso volar.
Sin embargo, con un corazón de piedra, no había podido correr tras él. No había podido decirle que lo quería. Por eso, cuando los días de niebla, el corazón rocoso se humedecía más que de costumbre, ella sacaba la piedra. La secaba con una toalla de seda y la colocaba junto a la estufa. Esos días preparaba un colacao. Se echaba la manta encima y veía alguna película que la hiciera llorar. Para recordar que todavía tenía lágrimas, para recordar que aún seguía viva. Sólo derramaba tres. Cada una de ellas era un sentimiento que se iba y dos sueños rotos. Por eso lloraba pocas veces. No quería despilfarrar sentimientos. No había tiendas donde comprarlos.
Otros días sin embargo, se encerraba en la habitación. Leía algún libro o escribía poesías que nunca nadie leería. Y la piedra, dentro del corazón, encontraba un poco de paz.
A veces soñaba que la piedra se convertía en un globo que escapa volando por encima de los árboles. Esas noches, la piedra, colocada en la mesilla, temblaba.
De repente, una noche, el mundo se tambaleó. Olvido la piedra en el lugar de su corazón, y tras haber tomado unas copas de más, haber reído y bailado como una loca, se metió en la cama. Al rato, la piedra comenzó a abrasarle el pecho, y sintió que un gran abismo se había abierto. Un vacío entre ambos. Sintió que la piedra se hacía añicos de nuevo. Y que para su enfermedad y sus miedos, no había ninguna medicina. Sintió que el final estaba llegando.
domingo, 23 de enero de 2011
Tequila
Fuera soplaba el cierzo. Y mientras, su corazón se perdía. Se apagaba.
Hasta que de repente. Clic. Se enciende una luz. O se apaga. O se abre una puerta. O se cierra.
Te quiere más que a nada, y a veces, imagina que lo sabes.
A veces duda de si existes.
De si realmente sabes lo que vales.
Hay promesas que se hacen, y no son para nadie.
La Rebe in the city se perdía por pensarte.
Pero ahora todo era distinto.
No era lo mismo.
El corazón se apagó. Se esfumó por el camino de las baldosas amarillas.
Tal vez saltó al vacío. Se había roto en pedazos que estaban pegados con tiritas.
Demasiados desafíos. Ella no podía ser tan fuerte.
Decidió, únicamente, seguir hacia adelante.
viernes, 21 de enero de 2011
jueves, 13 de enero de 2011
Un respiro, desabrocharme el vestido
cierto.
y cierto.
cierto.
y cierto.
Regalo de hoy... Pastora
Cuanto necesitaba un respiro, desabrocharme el vestido,
perder sentido,
cuanto necesitaba
unas manos que se alzaran al aire.
Y es que todo lo que quiero esta a puntito de caer,
y cuando creo que lo tengo no lo puedo retener,
hay que pena,
se van los problemas,
se van los dilemas,
me quedo serena.
Y se va llevando, te va embaucando.
You feel the magic,
get emotion,
feel you're body
and you're all the things you can do.
Cuanto necesitaba un respiro,
sin pedir nada a cambio
es dar y probarlo,
para ver que se siente,
ocupando otro ambiente.
Y se va llevando,
te va embaucando,
y vas pensado,
en lo que quieres despejar.
Y que importa la incognita:
Cuántica,
química,
física,
matematica.
Si te veo en el fondo,
con cara de asombro,
me das un minuto...
miércoles, 12 de enero de 2011
Quizás caiga una estrella
quiero verte cantar con furia,
y bailar como posesa,
si, verte feliz Hasta el delirio
o dispuesta a serlo.
Ya sÉ que suena un poco cursi,
pero el amor es pasión, obsesión, no poder vivir sin alguien.
Mira, pierde la cabeza,
encuentra a alguien a quien amar, como loca y que te ame de igual manera.
¿cómo encontrarlo?
... pues....
olvida el intelecto y escucha al corazón.
lo cierto hija es que vivir sin eso no tiene sentido alguno.
Llegar a viejo sin haberse enamorado de verdad, en fin, es como no haber vivido.
¡Tienes que intentarlo!,
porque si no lo intentas no habrás vivido.
No te cierres, nunca se sabe,
Quizás caiga una estrella"
"Conoces a Joe Black"
sábado, 8 de enero de 2011
Amigos
porque la Rebe in the city tenía un amigo que andaba muy preocupado con eso de que los pájaros del mundo se estaban muriendo.
Decía su amigo y su otra amiga, que el fin del mundo andaba cerca. Y que si no te pillaba bailando pues te pillará dándole sin parar. Por eso en aquel viaje en autobús él se dedicó a contarle que si en ese mismo momento un pájaro caía delante de él, se pondría a follarse al autobús entero hasta que el mundo finalizara.
La otra andaba más a su rollo... pensaba si era lógico que su suegro fuera quien le revisara los bajos y le atendiera como ginécologo.
Y luego estaba ella, su mejor amiga de menos de tres años, que tras varios abrazos desinteresados, la miro muy seria y le dijo, hoy, tú me vas a comprar el huevo kinder. A cambio le había regalado una moneda de un euro de chocolate que valía seis céntimos.
Tenía unos amigos maravillosos.
Tan maravillosos como los deseos que había recogido en su árbol y que había guardado en una caja estrellada.
Y en todos algo en común, un deseo universal de ser felices, y también, de ser queridos. O acaso ambas cosas son lo mismo...
martes, 4 de enero de 2011
lunes, 3 de enero de 2011
Diálogos
Me he enamorado.
Y cómo lo sabes?
Porque a veces me hace volar.
Qué pasa?
Me desenamoré, ya no creo en eso...
Por qué?
Cosas que pasan, como la vida.