martes, 1 de noviembre de 2011

A veces te echo de menos.
A veces me acuerdo de ti.
Cómo si una espesa culpa cubriera todo mi cuerpo.
Y me arrebatará las fuerzas.

Por eso a veces sin querer me quedó paralizada en el pasillo.
Y no veo la salida.
La inmensidad se reduce a la mínima expresión y todo me parece aburrido.

Te echo de menos. Cómo una amante extraña los besos a los que se acostumbró un día.
Me acuerdo de ti. Cómo si supiera que nunca volverás a encontrarme.

Delirios, temblores, y alguna que otra lágrima.
Recuerdos, caricias, y besos escondidos.
Hago que el tiempo siga avanzando, pero en realidad estoy quieta. Tan quieta que no notó que el mundo alrededor cambia, o si lo noto, hago cómo si no me afectará.

Y lo que no sé es que mi corazón ha explotado, ha quebrado, llevándose consigo todo el amor que había. Los amores se quedaron paralizados y no hay manera de seguir hacía adelante.

A veces te echo de menos. Pero pienso que finalmente todo se ha cumplido. Te cansaste de mí, cómo si fuése un jersey viejo que lo único que puede hacer es esperar antes de ser arrojado a la basura.

Me cansé de esperar, y ahí sigo, buscando en las estanterías de oportunidades...

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