- Poco. Ha sido un día, sin más, vacío.
- No hay días vacíos.
- Pues éste lo ha sido. (silencio) Bueno, me he regado un cedé.
- Eso está bien. Para llorar.
- No. Para cantar. Y tal vez llorar, tal vez reír.
- ¿Sentiste el vacío?
- Más que nunca a última hora de la tarde.
- ¿Y qué sentiste?
- Escalofríos. Todavía los siento si lo recuerdo.
- ¿Qué vas a hacer?
- Nada.
- ¿Esperar?
- Creo que ya no. Ni eso. Ni esperaré. Creo que se acabó.
- ¿El vacío?
- No.... el tiempo detenido.
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