domingo, 22 de febrero de 2009

Dame un cubito y verás...

Por los amigos que te sacan esos días en que sino te habrías quedado en la cama, con la manta sobre la cabeza, hastiada del tiempo y de los sueños y los recuerdos.
Por las verbenas de tapas.
Por la bodeguilla, por el Papa y por no tener cobertura.
Por el Viñas del Vero que sabe a vino de garrafa.
Por los mojitos, bien hechos.
Por las anécdotas de pueblo.
Por Bea.  Por Pablito.  Por las chorros flojo.
Por el Bonanza.  Por Manolo.  Por Manuel Javier.  Por los clientes habituales.  Por sus cubatas, como dos de otro bar cualquiera y de alcohol de calidad.
Por la aparición estelar de Rafita, que nunca más vio a sus amigos.
Por la Casa Magnética y el olor en el ambiente.
Por los flecos.
Por las chonis.
Por el Corto.  Por Carnaval.
Por la Recogida.  Por las amistades que se hacen en la fila del baño.
Por la aventura para mear en el water de los chicos con tus amigos y sin puertas.
Por la Ambar.
Por el juego de los hielos.
Por el cocinero... ¿Me das tu número para cocinarte algo un día? //// ¿No te interesa cómo me llamo no?... Julais.
Por la Física y la Química.
Por el río, por el puente, y los taxistas.
Por el Zeta.  Por el portero.  Y por el hijo de Concha.  Manuel.  Antonio... o cómo quiera que se llame según Rafa.
Por mi primo.  Ese hombre que por fín ha acertado con una mujer, y que dice, que soy peor que él, y que da gracias porque yo sea su prima y no su primo.  
Por Lecha.  Qué apareció de repente.
Por las seis y media de la mañana.
Y por las risas co.
Ah, y por la chaqueta de Bea.

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