Sé que perderé. Que ya no estarás para recogerme a las ocho de la mañana tras haber pasado toda una noche en el hospital y llevarme a casa. Sé que no vendrás corriendo a echar cañas conmigo para aguantar mi última rayada amorosa. Sé que no iremos al cine a ver películas cutres como Indiana Jones que habrás elegido tú o sagas sin final que elijo yo como La Brujula Dorada. Sé que eso significará que no me recogerás de resaca en Calatayud para llevarme a alguna fiesta en el poblado. Que tal vez no estés a menudo como ahora para reírte conmigo con una botella de Limón y Nada. Que no estarás para ir conmigo de compras. Que no estarás para esperar un taxi encerrados en un cajero. Que no estarás para hablar sin parar, para salir, o para intercambiar un libro o una canción. Que no estarás al instante para traerme el cedé de Amaral en cuanto salga o saltar conmigo como un loco en el concierto...
pero lo bueno de todo ello es que aunque estés a cientos de kilómetros existe un invento llamado móvil, internét e incluso la video llamada que me permitirá llorar y reír contigo como ahora. Por eso, porque todo el mundo tiene que intentar ser feliz, al menos intentarlo en la vida, sé que te irá bien, decidas lo que decidas. Porque lo mereces. Y porque yo lo veré. Y porque sí es Málaga, me encantan los andaluces, ya lo sabes...
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