sábado, 4 de abril de 2009

Reír, y reír, y reír sin parar

Lo bueno de la vida es tener gente con la que reírte.  Tener amigos alrededor.  Sobrevolar los problemas, el aburrimiento y no parar de sonreír.  Saber que un abrazo de según quien puede ser la cura perfecta al estrés y los nervios.  Qué según con quien estés los miedos se marchan y las pesadillas se esconden en los cajones de la mesilla.  Y si no tienes mesilla, los sueños se comen a los monstruos cuando bailas sin parar en medio de una charanga.  Y cantas a voz en grito una canción en el coche con tu amiga, aunque no la hayas escuchado nunca antes...

Olvidarme de tu cara bonita y ponerme a pensar.

Estoy cansada de oírme gritar, he colgado los guantes, no aguanto más.  Pero no me rendiré.

Clavarte una flecha en tu alma malvada y decirte a la cara... que nunca te contaré la verdad.

No ando buscando un amor que me diga que soy verdadera, sigo buscando la forma de andar siempre a mi manera, buscando una luz, y rogándole a Dios cada noche que nunca te vayas, y que si te vas, pues adiós muy buenas.

Buscando una flor que me diga que ya es primavera, a la espera de que salga el sol para siempre.
Ando buscando cuatro segundos que ya no me quedan.
Buscando respuestas a tantas cosas que quiero saber

Que hay imposibles que un día consigues sin darte cuenta... cómo olvidarte.  O recordarte.  O quererte.  O que te quieran.

Debo contarte que quiero contar que hace tiempo que ya me da igual
que le regales tu boca a cualquier niña tonta que quiera pillar.  Porque sí es tonta y tienes mal gusto no es mi problema, ni el de nadie.

El precio a pagar me salió muy caro, pero la recompensa es grande, y tu momento de gloria acabó, y ahora me toca a mí.

Que hay imposibles que un día consigues sin darte cuenta.

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