martes, 2 de diciembre de 2008

Devaneo de noche de hospital


Me hago mayor, y mientras me siento tan y tan pequeña.  
Tan pequeña que quisiera recostarme en tu regazo y olvidarme hasta de respirar.  
Tan pequeña, que temo comenzar a llorar y ahogarme en el mar de dudas que me rodea.
Tan pequeña que sólo oiga tus susurros.
Pero no es así.  Me pareció ganar una batalla que aún no había comenzado.
Creí que la vida me rodeaba, que por fín llegaba una tregua, que ser feliz también era posible.
Tan pequeña.
Tan y tan pequeña.
Y mientras tanto, me hago mayor.
Atrás quedarán los veranos de juegos, los cuentos, los paseos, crecer, aprender, soñar y vivir.
Lo mejor de todo es que seguirás aquí, junto a mí. 
Como ahora.  Mientras escribo estas líneas, y las lágrimas asoman e inundan mi mirada. 
Ahora me hago mayor, mientras tú te haces pequeña.
Tan y tan pequeña, como un susurro...

1 comentario:

Martina dijo...

De vez en cuando, no viene mal sentirse pequeñita.Significa que tienes alma.

Y precisamente eso es lo que te hace más grande,aunque tú no te dés cuenta.

La vida es muy perra con las princesas...pero de todo se ha de aprender y siempre habrá alguien a tu lado para lo que necesites."Aunque tú no lo sepas".

Estoy segura.