A veces, hay que detenerse. Un momentico. Para coger impulso. Nada más.
Y entonces, nos gusta llegar a casa. Y llenar la bañera. Poner la música a tope. Sacar el pijama de invierno porque fuera sopla el cierzo. Poner la cafetera para mañana, y que el olor llené toda la casa, si es que has podido abrir la cafetera. Tumbarnos en el sofá y ver alguna peli que siempre nos haga reír o soñar. Leer las páginas de ese libro que ahora nos devora por dentro. Y dormir.
Shhhhhh..... Hasta mañana.
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