Hay amores que salvan, a lo he escrito otras veces en este blog. Hay amores que salvan y yo he visto unos cuantos. También hay otros que destruyen, y otros que si no los cortas a tiempo también. Algunos duelen, otros gustan. Algunos quieren, otros acaban odiando. Pero lo cierto es que el amor hace funcionar el mundo.
El amor o el desamor.
O el enamoramiento.
O el desenamoramiento.
De repente una mañana te despiertas y comprendes que estás loca por alguién.
Una tarde comienzas a morir por él.
Y una noche, tras días, semanas, o meses de pasarlo mal, de ahogarte en silencio o de consumirte, de pronto, cambias.
Todos a tu alrededor piensan que es amor, pero no, es supervivencia. Comienzas a vivir de nuevo. A intentar olvidarle pero de verdad. A quererte, a no hacerte daño y a comprender. Eso es lo que ahora hago yo, que por fín, vuelvo a respirar...
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