He estado tan liada con el curro y tan absorta en la Expo, y tan cansada de tanto, que casi ni recordaba este blog.
Durante este tiempo (es decir estos cinco días) sé que he dicho estoy lo escribiré en mi blog. Me han pasado muchas cosas: Lehendakari y chicos de las Traineras, la cumbre y el minig8, esperar a Raquelita (ahí seguimos), psicoanálisis y terapias, malas leches, risas, gintonic (sólo uno, que en la Expo se lleva Ambar), muchas muchas risas y ternasco... En fín, que sé que iba a escribir de Aído y de mil millones de cosas, o de la Eurocopa, por montarme al carro de la actualidad, pero las neuronas de la minisiesta de la que acabo de despertar están aletargadas.
Destacaré el gran taxista de hoy, que antes era del grupo de los Farys y ahora es de Los Bravos. El pabellón de Lituania y del Austria... no diré nada más. Hay documentos que dan fé de ello.
Igual que el mosquito más tonto de la manada,
yo sigo tu luz aunque me lleve a morir,
te sigo como les siguen los puntos finales,
a todas las frases suicidas que buscan su fin.
Igual que el poeta que decide trabajar en un banco,
sería posible que yo en el peor de los casos,
le hiciera una llave de judo a mi pobre corazón,
haciendo que firme llorando esta declaración:
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón.
Pero pase lo que pase, y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo a ti.
Igual que el mendigo cree que el cine es un escaparate,
igual que una flor resignada decora un despacho elegante,
prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño
y reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Pero igual que se espera como esperan en la Plaza de Mayo,
procuro encender en secreto una vela no sea que por si acaso,
un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver,
reduciendo estas palabras a un trozo de papel.
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase, y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo...
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase, y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré, en silencio te amaré, en silencio pensaré tan solo en tí.
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