miércoles, 11 de junio de 2008

A menos de un día... hasta mañana

Hoy era otro de esos días de mierda, malos, lluviosos, y con curro hasta la cabeza, en los que de repente una llamada soluciona todo (siempre depende de quién sea claro). Manolo me llamaba para ir a ver el ensayo de Amaral... joder.

Qué pasada tios. Qué pasada. Comparto que exista gente a los que no les gusten, pero defiendo que todo el mundo debe verlos en directo una sola vez en su vida para juzgar. Porque ahí cambia toda la historia.


Ella tiene una voz, cómo dice Manolo canta con el chorro porque ni se inmuta, es su voz, su instrumento, es así, no hay que forzar, y el se curra la guitarra cada vez más. Entraría en más debates sobre el grupo que tenemos Manolo y yo, pero para qué... mañana Ale ale ale ale alerta... romperemos la barrera del sonido, nos darán las doce campanadas con sus doce palabras, seremos de carne y hueso, nos encontraremos a las chicas de mi barrio, hablaremos de aquella tarde de domingo raro, seremos kamikazes, cantaremos solo canciones, rock and roll, veremos el concorde pasar por encima de nosotros, será está noche, llegaremos seguro hasta las puertas del infierno, y soñaremos con Biarritz, alerta nos cruzaremos con algún gato negro en el camino, pero perdóname si me pierdo y cántame el blues de la generación pérdida, deprisa me dirás, que ya se nos va el artista del alambre, y en ese momento, me sentiré con un gran dragón rojo.




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