Pero nació Lucas y eso mola, y nació una hora justo, después de la que yo lo hice, por lo tanto será tan juerguista como yo dicen en la familia. Ya le he dicho que cuando cumpla 18 años, yo cumpliré 44 y nos iremos por ahí, y su hermana que tendrá 25 podrá venir si quiere, pero un rato.
Ay... pasan los años, y ayer cuando dije sobrinos en voz alta me quedé helada. Y eso que no cuento a Raquel ni a Martín, porque que los amigos tengan niños ya empieza a ser tónica, y me falta uno más todavía...
Pero bueno, eso es otra historia y ésta va sobre otra cosa... hoy he tirado ya el ramo de flores que me enviaron a mi casa hace una semana, qué bonito, qué pena me ha dado... me encantan las flores, y también he tirado la tarta. Mi madre me dejó un trozo en la nevera porque el viernes aún no había parado por casa para probarla... y hoy la he tirado intacta... me daba mal rollo tirarla pero claro, hay que tentar a la suerte. Le he dado un bocadito al chocolate, lo justo para no morir y lo justo para que no me traiga mala suerte... porque yo, beso incluso al pan, pero eso es otra historia.
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