Y cambia el telón...

Hoy he soñado contigo.
Estabas ahí, en distintos escenarios.
Primero te enseñaba a editar un vídeo, de esos que yo hacía antes. Estabámos en mi antigua calle. Con el asfalto frío y sucio de tanto jugar al fútbol y de tanto romper leotardos. Tú me abrazabas y te apoyabas en mí, y yo volvía a sentir que una mariposa revivía y subía y me ahogaba... de nuevo.
Después el escenario cambiaba. Y estabámos en el campamento. En esa pradera donde tantas veces me tiré de noche, reventada, a ver las estrellas, aunque hiciese frío. Donde Ramón siempre tiraba la botella de cacique al suelo, y perdía el elixir mágico, o donde pase tantas guardavelas con las niñas mayores. Allí aparecíamos. Y yo iba de un lado a otro, dejándote sólo, y tú me mirabas, y te reías. Y aguantabas a los niños.
Por última vez el escenario se esfuma. Estamos en casa de la abuela, en el pueblo, como estaba antes, antes de que ella se fuera. Como en los buenos tiempos... unas milésimas y ya no estabas. Has desaparecido. Te buscaba, y te buscaba, y te buscaba, pero no te encontraba. Después llegaban ellos, y venía Lucas, y ya andaba (pese a que aún no ha nacido) pero ahí lo he visto por primera vez.
Después me he dado cuenta de que no te he encontrado... o tal vez, de que nunca habías estado.