miércoles, 26 de noviembre de 2008

Vivo queriéndolo todo y no tengo nada...

Cuando tengo algún problema o alguna penuria, siempre tiendo a desaparecer.  Ya sé que estáis ahí, no hace falta que lo digáis, pero cada uno, es como es, y yo, soy así.  Como dice Yoli, paso días, semanas o meses de letargo hasta que un día aparezco en casa, me planto en el sofá y no digo nada.  He salido.  Y ahora estoy en ese proceso.  Tengo muchos pensamientos en la cabeza, pero ahora mismo no sé como ordenarlos, escribirlos o retratarlos.  Me conformo con sobrellevarlos.  Cuando la tajadera de mi garganta se vaya, hablaré.  Mientras ando matando el tiempo, como el que mata las moscas.   Pero bueno, las ventanas se abren, se cierra, o se quedan entreabiertas... y por todas ellas, siempre, entra algo de luz...


Vivo queriendolo todo y no tengo nada.
Tengo las horas contadas contigo y no te lo he dicho.
Vine buscando mi suerte a este lugar, por eso ahora no tengo a donde ir.
A veces te marchas, no sé donde estarás.
Yo te espero, por cumplir hasta el final.

Pero esta noche, me vestiré de fiesta, saldré buscando guerra y la voy a encontrar.

Que me bese como si conociera cada uno de mis besos y se deje besar. 
Que cada uno se olvide de lo suyo por un momento, una noche nada más.

Hay tanta gente perdida por el mundo, seguro encuentro algun otro corazón que me bese como si no existieran mañana los reproches. Mañana Dios dirá. Y bailemos toda la noche entera tirados en el suelo sin dejarnos de besar.

Que cada uno se olvide de lo suyo por un momento, una noche nada más.
Sólo esta noche tumbada en otra cama prometo no pensar en ti esta noche nada más

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