sábado, 29 de noviembre de 2008

EllaS

El martes fue el Día Internacional de la lucha contra la violencia a la mujer. El terrorismo más cercano, el de la puerta de al lado, el de tu casa.  Porque en estos casos, no vale el silencio.  Únicamente vale ser más fuerte que el otro, fuerte psicológicamente, para denunciar, buscar una nueva vida, y salir del infierno.    Hoy he encontrado este artículo navegando por la red; porque a la putada de que te quieran así, añádele también la putada de nacer en uno de esos lugares del mundo, donde existe el horror.   http://www.elmundo.es/elmundo/2008/11/30/blog01/1228009608.html

No te gustaba que cantará mientras fregaba los platos, pero a mí me encantaba.No te gustaba que por la mañana, bajará corriendo a comprar el periódico, porque me encantaba leerlo con el primer café.  No te gustaba nada, que bailará mientras hacía la comida, pero a mí me encantaba.  No te gustaba, que te dijera lo que me parecía que debías hacer.  Tampoco te gustaba, que hablará con mi madre por teléfono.  Que tomará café con alguna amiga, y mucho menos, que mis viejos amigos vinieran a verme a casa.  A mí me encantaba.

No te gustaba, que colgará nuestras fotos por la habitación.  No te gustaba, que te hiciera preguntas, cuando llegabas de madrugada.  No te gustaba nada, que mis ropas fueran algo ajustadas, ni que mis camisetas fueran escotadas.
No te gustaba, que llegará el verano, y dejaramos atrás los abrigos y pañuelos.  A mí me encantaba.   No te gustaba, que ningún hombre al pasar me mirará.  No te gustaba siquiera, que uno de nuestros amigos dijera que ese día estaba guapa.
No te gustaba oírme reír cuando alguién decía alguna tontería.  A mí me encantaba hacerlo.
No te gustaba tampoco que leyera.  Mucho menos que escribiera.
No te gustaba nada que paseará por la playa al caer el sol.  No te gustaba que saliera a comprar algún par de zapatos.  No te gustaba tampoco que me quedará embelesada mirando al cielo.
No te gustaba, ni soportabas, que alguna vez, pareciera que era más lista que tú.  No te gustaba que hablará, y mucho menos, mi mirada ni mi sonrisa.
Tampoco te debía de gustar, que viviera.  Por eso, comenzaron tus palizas.  Tus insultos.  Tus te quieros tras una bofetada.
No debía de gustarte yo, ni la vida que teníamos juntos.
Y tras el paso del tiempo.  Una mañana, al despertarme, descubrí todo lo que me gustaba, y que lo único que no me gustaba de mi vida éramos tú y yo.  Por eso, recogí mis cosas y me marché.  Ahora, lo único que me gusta, que me encanta, es vivir.   Algo que no hice nunca.

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