martes, 6 de noviembre de 2012

Casi tantas

No entiende nada.  O más bien, entiende poco.
Cada día el cielo es más oscuro.
Y cuando la miró con los ojos llenos de lágrimas y palabras atrapadas en la boca, no supo que decirle.
No sabía que contestar.
Por qué en los últimos tiempos siempre sufrían los buenos.  Y los malos campaban a sus anchas.
El dolor se hace protagonista.  Y el miedo les atenaza.
Quiere que otra vez sea esa época en la que salías a la calle cantando, bailando con la mirada.
Esos días en que la competición se basaba en ver quién gritaba más fuerte al reír.
Se suele preguntar por qué es así, por qué ellos y no otros.  Se lo ha preguntado muchas veces.
Casi tantas, como ha buscado excusas para no repartir besos.  Casi tantas, como sueños ha guardado bajo la almohada.  Casi tantas, como cartas sin remitente o sin destino.  Casi tantas, como llamadas apagadas de madrugada.  Casi tantas, como te quieros tejidos en su cama.  Casi tantas, como espaldas que callan declaraciones de amor.  Casi tantas, como las veces que habría corrido tras de ti, si una sola vez, te hubieras girado al marchar.  Casi tantas.  O tantas casi.

No hay comentarios: