jueves, 29 de noviembre de 2012

Hay corazones que no aguantan la tormenta

Hay corazones que no aguantan esta tormenta.
Este sin sentido que nos devora, y estos tiempos grises que nos envuelven.  Él es uno de ellos.  Decidió que no soportaba seguir aquí.  En este vaivén.  En la batalla.   Y ninguno comprendemos por qué, pero apuesto, a que fue por algo noble.
Nos quedamos huérfanos.  De risas.  De sonrisas.  De héroes.  De anónimos.
Seguimos aquí, pero hay corazones más débiles, que no soportan las heridas aunque no sean las suyas.  Que les escuecen las cicatrices aunque estén cerradas.  Que se pierden por el camino como si fuese un día de niebla.
Y el corazón se nos queda tiritando.  Un poco más vacío.  Con una nueva herida y una nueva roca.  Se hace más duro y a la vez más vulnerable.  Y solo soñamos que algún día toda esta locura acabe, y nadie pase hambre, ni llore por las noche ni muera porque se va a quedar en la calle.  Ojala esta guerra terminé.  Ojala seámos de nuevo libres, para elegir, para decidir, para vivir.  Son tiempos de lucha, y hay corazones, que no resisten la batalla por más tiempo.

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