Y eso es lo que más me duele.
Más aún que no me quisieras.
Era el juego.
Eran las reglas.
Las conocía y las acepté.
Pero odio que me mientan.
No lo soportó.
Y pienso que contigo no fue igual.
Que yo tampoco te quise.
Y que me doy cuenta ahora.
Contigo no hubo risas.
No hubo querer ser mejor persona.
No hubo que me hicieras mejor.
No hubo charlas hasta el amanecer hablando de libros, lecturas o planes absurdos.
Había besos.
Pero las caricias azotan las almas rotas.
Y comprendo que no. Que no me quisiste.
Y que quizá yo tampoco.
Pero me agarré a ti, como un naufrago.
Y cuando la marea está revuelta
cuando ya no había luz en la orilla
cuando el agua me rodeaba
cuando el silencio se llenaba de vacío
todo se pasó.
Me mentiste.
Y eso no lo soporto.
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