Estoy harta de poner las noticias que todo sea malo.
Estoy harta de la crisis.
De que crezca el paro.
De que los niños crezcan sin poder jugar en la calle.
De que crezca el número de mujeres que mueren a manos de un hombre.
Estoy harta de provocar cataclismos.
Del dolor.
Estoy harta de que la esperanza se pierda en los callejones, y que en las calles no haya más que nubes cubiertas de angustia y miedo.
No quiero abrir periódicos que me hacen llorar.
Ni escuchar informativos dónde lo más positivo es oír que llegan las dos y media y es hora de marcharse a comer.
No quiero soñar en blanco y negro.
Estoy harta de todo eso.
De que nuestros problemas se agolpen en la espalda y que los nudos aparezcan de nuevo en la garganta y no nos dejen hablar.
Estoy harta.
Harta.
Porque seguro que a las once y veinte de la mañana de un domingo cualquiera en cualquier lugar del mundo hay alguien plantando árboles.
Seguro que hay un niño que se ha curado de un cáncer.
Seguro que alguien recibe un órgano que le ayuda a vivir de nuevo, o a continuar en la vida.
Seguro que una mujer conoce que está embarazada.
Seguro que dos personas, y muchas más, se estarán besando.
Seguro que una niña tiembla de emoción porque él, le ha pedido ir al cine.
Seguro...
Y lo que me jode, es que el amor, la vida y el futuro no sean noticia.
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