jueves, 9 de julio de 2015

Cogió la botella de tequila y tiro el cuarto de líquido por el fregadero. Entonces no fue consciente. Pero cuando a los días te vio pasar al otro lado de la cristalera, lo comprendió. Era como un exorcismo. Tal vez el fantasma hubiera dejado huella pero ya no estaba la presencia. Por esa fregadera se fueron muchas cosas. Algunas buenas y otras malas. Como la vida. Como las historias. La nuestra. La tuya. Y la mía. 

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